Las FFAA no sólo deberán garantizar la paz durante una transición. En el plano político, los 11 gobernadores de origen castrense serán fundamentales en la campaña electoral.
La cohesionada relación entre las Fuerzas Armadas y el chavismo no fue fácil de lograr. Durante los 14 años de gobierno de Hugo Chávez, el mandatario se esforzó por estabilizar una complicada relación que, en varias oportunidades, viró del amor al odio.
Luego de tres años de comandar a las fuerzas –años en los que las convirtió en actores sociales e incrementó el poderío beligerante-, en 2002 enfrentó un golpe de Estado, cuando el Alto Mando militar exigió su renuncia.
Esos tiempos de incertidumbre, recuerda La Verdad, abrieron paso a la modificación de las leyes de la Fuerza Armada Nacional, que permitieron la germinación de la Reserva -considerada por sus opositores como una tropa miliciana a su servicio- y que apodaron a sus componentes “bolivarianos” para reivindicar su vocación ideológica.
Desde entonces, las Fuerzas Armadas comprometieron públicamente, una y otra vez, su apoyo a la “revolución” y el Gobierno retribuyó ese apoyo –y lo garantizó- con millonarias compras de armamento y el impulso de la industria bélica nacional.
Esas mismas fuerzas, que Chávez definió como “chavistas, bolivarianas y revolucionarias”, dijeron al mundo, minutos después de que se conociera la noticia de la muerte del mandatario, que serían «garantes de la Constitución, las leyes y el reglamento de Venezuela».
El vicepresidente, Nicolás Maduro, además les encargó garantizar la paz y el orden en el país para que cientos de miles de venezolanos puedan despedir a su gobernante sin incidentes, en una clara advertencia a la oposición. “Estamos preparados para actuar coordinadamente política y militarmente”, afirmó.
Muchos especulan con las implicancias a largo plazo que tiene el despliegue de los militares en un escenario de elecciones presidenciales a las que el chavismo acudirá sin su líder.
Las suspicacias van desde algún tipo de represión a la oposición hasta una disputa interna en el PSUV, donde los militares apoyarían al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, olvidando el pedido del fallecido mandatario de encolumnarse tras Maduro.
La mayoría de los gobernadores chavistas son militares. En las elecciones regionales, 11 de los 20 estados del país quedaron en manos de compañeros de armas de Chávez.
Por eso el ámbito castrense ya tiene un rol, y clave, en el proceso que se desarrollará cuando finalmente se llame a comicios: el de asegurar la movilización de cientos electores en unos comicios donde la participación ciudadana podría mermar ante la ausencia del máximo referente del partido. // IPP
Fuente: Infobae