Exactamente un año después de su polémica actuación junto a Robin Thicke, la joven cantante prefirió el bajo perfil, pero igual llamó la atención de todos…
Atrás quedó el twerking, el vestuario llamativo y las declaraciones controversiales.
Estamos ante una realidad: ¡Miley Cyrus está madurando!
No sabemos si le pusieron alguna condición para que no cause otra polémica, como en la edición del año pasado…
La cantante, que fue para ver y disfrutar del show, no llevó un look increíble y prefirió dar pocas entrevistas… Solo las necesarias. Pero, en cambio, hizo alguien que nadie había hecho antes. Estar callada.
Cyrus ganó la categoría más importante de la noche, la de video del año, por su sexualmente implícita bola demoledora (Wrecking ball), incluso le ganó a Beyoncé que era la llamada a ser única reina absoluta de la ceremonia.
Como sucede con cada uno de los ganadores, inmediatamente luego de ser anunciado su triunfo, suben, recogen el premio y le dan gracias a una larga lista de personas.
Esta vez Miley prefirió ahorrarse sus palabras y envió a un emisario que, a parte de dar las gracias, tenia un verdaderamente importante mensaje a la audiencia.
El encargado fue Jesse, el chico que llevó como su acompañante, quien educadamente tomó el micrófono y aprovechó la atención de todos para pedir colaboración para una fundación que ayuda a los vagabundos y gente sin hogar.
“Le pido a los fans de Miley que se manifiesten y colaboren, no solo económicamente, sino corriendo la voz”, dijo.
“Mifriendplace.org necesita de gente como ustedes”, agregó.
Instantes después abrazó a Miley efusivamente.
Fuente: E! News