Una venezolana, que no quiso ser identificada y emigró con su esposo e hijos de siete y cuatro años, dijo a EFE que tiene hasta el 20 de enero para dejar el albergue y no tienen dónde ir
Familias inmigrantes con niños y adultos solteros, incluidos venezolanos, viven una pesadilla en medio de las fiestas navideñas en Nueva York, que para ellos solo han traído tristeza, puesto que han sido notificados de que tienen que dejar el albergue que ha sido su único hogar desde que llegaron a la ciudad.
«No tenemos un plan, no tenemos donde ir, no tenemos familia (en Nueva York) ni amistades, dinero» porque no han encontrado trabajo, comentó a EFE Donalda, hondureña que vive con su esposo, su niño de 12 años y su hija de seis en uno de los hoteles que paga la ciudad, convertidos en albergues para miles de inmigrantes que han llegado desde abril de 2022, tras colapsar el sistema de refugios públicos.
Nueva York ha recibido a más de 150 mil inmigrantes, de los que más de 67 mil están bajo su cuidado, a los que facilita albergue, comidas, escuela para los niños, y otra ayuda, entre éstos a la familia de Donalda, que llegó el pasado septiembre y como muchas, también recibió la carta de desalojo.
«Nosotros preocupados no queríamos que llegara este papel pero llegó» la notificación en la que se les informa que deben irse el 27 de enero, enviada por la Administración del alcalde Eric Adams. «Es una tristeza», afirmó la mujer de 40 años, que prefiere ser llamada solo por su nombre.
La carta informa del plazo de 60 días a familias con niños para dejar el albergue y buscar un lugar donde vivir en ese periodo de tiempo y de 30 días a hombres y mujeres solteros.
De no encontrar un sitio deben volver a solicitar ser admitidos al sistema de albergues, decisión que Adams justificó al señalar que el flujo de inmigrantes ha creado una crisis fiscal que entre 2022 y mediados del 2025 habrá costado a la ciudad 12.000 millones de dólares, sin recibir la ayuda que han pedido al Gobierno federal.
No hay espacio
El desalojo, considerada una medida «cruel» por defensores de inmigrantes, y en particular por el impacto negativo que alegan tendrá en los niños, surgió luego de que Adams pidiera a un tribunal que deje sin efecto la orden que hace 42 años obliga a la ciudad a dar albergue a quien lo solicite, caso que aún se discute en una corte.
Esta acción es una forma de evadir la orden, según sus críticos, en medio de la falta de espacio que reclama el alcalde ante la oleada que continúa llegando, de hasta cuatro mil inmigrantes en una semana.
Según dijo Adams al hacer el anuncio, las familias recibirían apoyo para ayudarles a buscar alojamiento, pero la carta no señala nada al respecto ni sobre el acceso de los niños a las escuelas.
Familias como la de Donalda tienen que dejar el refugio que ha sido su hogar en medio del frío invierno, con temperaturas a las que no están acostumbrados y que han podido afrontar con las donaciones que han recibido de ropa y abrigos de iglesias y ONGs.
A la preocupación por el desalojo y el frío se suma que los niños se han enfermado. «Esto nos ha pegado duro», dijo la hondureña.
Según ha trascendido, tres mil 500 familias inmigrantes ya han recibido la carta y a las primeras, que debían dejar irse antes del Día de Navidad, se les dio una prórroga de una semana.
Una venezolana, que no quiso ser identificada y emigró con su esposo e hijos de siete y cuatro años, dijo a EFE que tiene hasta el 20 de enero para dejar el hotel y tampoco tienen dónde ir.
Su esposo comenzó a trabajar haciendo entrega de comidas y esperan poder alquilar un espacio pequeño en El Bronx, donde está la escuela de los niños.
«Nuestra mayor preocupación es la escuela de los niños» y mudarse de Manhattan a El Bronx -adonde les lleva cada día en el metro- es para evitar que se interrumpa su educación.
Para estas familias, como afirma Donalda con tristeza, «no habrá celebración» esta Navidad.
EC