Miles de australianos se manifestaron este domingo en ciudades de todo el país a favor del reconocimiento de las poblaciones aborígenes en la Constitución a través de un órgano consultivo, una cuestión que se dirimirá en un referéndum dentro de un mes.
Las marchas más concurridas fueron las de Melbourne, con decenas de miles de participantes, y la de Sídney, la ciudad más poblada, con unos 30.000 manifestantes, según estimaciones de la cadena de televisión estatal ABC.
Las imágenes de este medio y otras difundidas en redes sociales por los organizadores mostraban grandes congregaciones de manifestantes en ciudades como Canberra, Perth y Darwin, entre otras, cuando a falta de menos de un mes para el referéndum del 14 de octubre el sí parece ir perdiendo fuerza en las encuestas.
En el referendo los australianos deberán contestar a la pregunta: «Una ley propuesta para alterar la Constitución para reconocer a las Primeras Naciones estableciendo La Voz de los Aborígenes e Isleños del Estrecho de Torres. ¿Aprueba usted esta modificación?» marcando la opción del «sí» o «no».
A través de esta iniciativa se busca crear un organismo integrado por miembros elegidos por las comunidades indígenas, denominado «La Voz», para que ofrezca una asesoría independiente al Ejecutivo y al Parlamento en asuntos vinculados a estos pueblos originarios para darles una mayor participación en la toma de decisiones.
Si gana el «sí», el organismo propuesto formará parte de un nuevo capítulo de tres puntos que será incluido en la Constitución, que data de 1901, que se titulará «Reconciliación con los Pueblos Aborígenes y los isleños del Estrecho de Torres».
Pese a la fuerza de movilizaciones populares como la de hoy, el sí parece ir perdiendo fuerza a medida que se acerca la fecha: una encuesta del diario Sydney Morning Herald la semana pasada estimaba un 43 de apoyos, frente al 46 por ciento en el sondeo realizado un mes antes.
Para lograr un cambio en la Constitución, el referendo, apoyado por el primer ministro, el laborista Anthony Albanese, necesita más del 50 por ciento de los votos en el conjunto del territorio australiano y lograr la mayoría en al menos cuatro de los seis estados que conforman el país.
EFE