Llegó a la entrevista con una hora de retraso. No dudó en revelar el motivo de su demora: “Estaba en un desayuno con el futbolista Figo”. El ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, se ubicó en el centro del pequeño salón donde funciona la División de Operaciones Especiales del Sebin; lo acompañaban los 10 comandantes del plan Patria Segura.
Rodríguez reaccionó a un perfil, publicado en El Nacional, en el cual se le atribuye la “toma violenta” de La Casona durante la intentona militar de 1992. “¡Soy un soldado, con 33 años en la Fuerza Armada, leal; no soy peligroso, como dice el artículo”, expresó, con voz pausada.
Se esforzó por defender su lealtad al jefe del Estado y descartó tener una agenda propia: “A mí el presidente Maduro me dio una responsabilidad y me dio su confianza. Él sabe que jamás lo voy a traicionar. Jamás (…) Yo lo que tengo que hacer es trabajar por este país y por el Presidente, que fue quien me dio esta oportunidad. No tengo una agenda personal. Tengo una agenda exclusiva para este proceso. Porque uno está entregado a esto 20 horas al día”.
El titular de Relaciones Interiores también habló con optimismo de su plan para acabar con la delincuencia: “Estamos convencidos de que con esa gran misión y con todos los planes sociales que tenemos en Venezuela, a mediano plazo seremos un país seguro”.
—¿Por qué no suministran las cifras oficiales de delitos como homicidios y secuestros?
—Yo hablé con el presidente Maduro de este tema. Y entre las cosas que le dije es que en algún momento había que empezar a dar las cifras, pues éstas son favorables, son favorables a lo que queremos. Los homicidios han reducido 5%. Que sigue habiendo homicidios, claro.
—¿Pero hay que esperar la orden del Presidente?
—Sincerar las cifras debe ser algo recíproco. Cuando los medios se sienten conmigo y me digan que van a ser sinceros, que vamos a trabajar entre todos en pro de la seguridad, podremos hablar claro. Es indudable que queremos mejorar la percepción de seguridad en el país, pero tiene que haber un trabajo profundo, debe haber conciencia de parte de los dueños de los medios, los periodistas, los ciudadanos, los cuerpos de seguridad. Eso en cualquier momento podrá ocurrir.
—La inseguridad sigue siendo el problema que más preocupa a los venezolanos. ¿Qué están haciendo para resolverlo?
—Tú tienes que reconocer que el manejo mediático hace mucho daño, porque no es qué informan, sino cómo informan. ¿Qué hizo Globovisión? Me entrevistó y el domingo siguiente transmitió mis comentarios junto con el de una señora que decía: “Le dieron un tiro en la cabeza a mi hijo”. A lo mejor el hijo era tremendo malandro, pero al hacer eso desmontan todo lo que el ministro dice. Mientras tú uses eso como una medida de ataque al Gobierno, todos los venezolanos estamos jodidos, porque vas a vivir en zozobra. ¿Tú crees que en Brasil no hay inseguridad? En Brasil es arrechísimo y revisa los medios a ver si es igual que aquí.
—¿En algunas de sus expresiones hay algo de resentimiento?
—Yo no soy un resentido. Jamás. Yo fui muy perseguido. Yo no odio a nadie. Ni voy contra nadie por lo que yo haya podido vivir, jamás haría eso. Lo que no me gusta es la impunidad. Porque el perdón no implica impunidad. El perdón no implica que no te voy a sancionar, porque si hay una ley que dice que debes ser sancionado, debes ser sancionado.
—¿Piensan buscar a Valentín Santana para que se acabe con la impunidad de los delitos que él ha cometido y a los grupos armados que hacen vida en el 23 de Enero?
—Esos grupos armados que hacen vida en el 23 de Enero no tienen 14 años, tienen 60 años ahí. Son grupos que se organizaron para resistir la dictadura, la represión de la cuarta república. Bastantes líderes mató la Disip. Del 23 de Enero, de Catia, de Lomas de Urdaneta. Todo lo que oliera a izquierda era brutalmente reprimido. Eso es lo que genera esos grupos con los que hemos estado dialogando. Ellos están dispuestos. En algún momento no los verás más. No hará falta tenerlos.
—¿Están dispuestos a entregar sus armas?
—Ese es el producto de una sociedad excluyente. De una sociedad represora. De un concepto de seguridad que estamos erradicando con nuestro trabajo. No que a todo lo que se oponga hay que reprimirlo y desaparecerlo.
—¿Pero no existe ahí una especie de Estado dentro del Estado?
—No, eso no es así.
—¿Cómo los van a controlar entonces?
—Con el diálogo.
—Pero estos grupos han amedrentado con sus armas a comerciantes para que vendan los productos a precios regulados
—No tengo evidencia de eso. Unos muchachos que lo hacían en la avenida Nueva Granada están presos. Al que nosotros agarremos cometiendo un delito como ese, indudablemente lo metemos preso. Sea quien sea. Que de paso son las órdenes que ha dado el presidente Maduro.
—Esa es el área de operación de Valentín Santana
—Bueno, era gente de un grupo del 23 de Enero. Nosotros no vamos a permitir que se abuse de nada ni que se viole la ley.
“Muéstrame uno”
—¿No existe mucho descontrol con el sistema de cedulación?
—Una vez Teodoro Petkoff me dijo que la misión más cojonuda que había hecho Chávez fue la Misión Identidad, porque él que era de la izquierda y después saltó a la extrema derecha sabía que en los barrios había gente que jamás bajaba a la avenida porque no tenía cédula. Aquí se le dio acceso a la cédula a todo el mundo.
—Hay personas que reconocen que tienen hasta tres cédulas y que por esa razón se han cometido delitos
—Muéstrame uno.
—El Niño Guerrero fue aprehendido y presentado en un tribunal con una cédula falsa. Pasaron 21 días antes de que lo identificaran
—¿Y tú crees que eso pasa nada más en Venezuela? Lo dicen como si eso fuera una cosa del otro mundo: “Cónchale, ese hombre tiene dos cédulas”. La delincuencia organizada se llama así porque desarrolla métodos para delinquir y pasar impune. Esas son mafias que saben cómo pueden tener una o tres cédulas, un pasaporte, incluso una tarjeta de crédito asociada a varias cédulas. Eso pasa aquí, en Estados Unidos, en Rusia y Japón.
—¿Se está haciendo algo para saber cuántos triple cedulados hay en el país?
—Lo que pasa es que eso no es un delito que nos preocupe, pues no es muy común que ocurra. Tampoco quiere decir que no estemos haciendo nada al respecto, pero no es una prioridad, porque no es que en Venezuela tengamos 1 millón de personas con tres cédulas.
—Se dice que en los colectivos hay personas que tienen hasta cinco cédulas
—Muéstrame uno. Se dicen muchas cosas.
—Yo sí lo he visto y me llamó la atención que una persona de un colectivo que poseía hasta cinco cédulas dijo que nunca había tenido problemas con las captahuellas. ¿Hay alguna relación para cometer delitos?
—Puede ser que ese caballero esté intentando cometer algunos delitos.
Un soldado
—¿Cómo se describe usted?
—En principio soy un soldado. Tengo 33 años militando en la Fuerza Armada, formado en la Academia Militar. Mi esencia es esa: yo soy un militar. Uno de los principios fundamentales en mi vida siempre ha sido la lealtad.
—¿Y usted no es Caballo de Troya?
—No soy Caballo de Troya de nadie. Soy un Caballo de Troya de los delincuentes.
—¿Por qué se señala que puede estar conspirando?
—Manipulación política. Después de que el presidente murió, la estrategia opositora fue fracturar la unidad chavista. Divide y vencerás. ¿Qué pasó? Diosdado Cabello y Nicolás Maduro se han mantenido unidos.
—¿Por qué un oficial de las FANB se declara revolucionario y leal a un proyecto, cuando la Constitución señala que no deben tomar parcialidad política?
—Yo no estoy diciendo que soy del PSUV. Soy un revolucionario.
—El país es como una especie de familia, ¿por qué no es posible llegar a un entendimiento? Por ejemplo, los estudiantes se quejaron de que usted los calificó de desestabilizadores cuando sólo estaban en una protesta
—Claro que podemos vivir como familia. El presidente Maduro ha dado una demostración de apertura al diálogo. Este gobierno ha hecho reuniones con empresarios. Con la Conferencia Episcopal nos reunimos por instrucciones del Presidente. Estamos atendiendo solicitudes de la Iglesia, nueve puntos fundamentales y les estamos dando respuesta rápida. Pero en el caso de los muchachos, ellos preguntan dónde queda el derecho a la protesta. ¿Tú has visto que en este país alguna vez hemos reprimido a esos muchachos con bombas lacrimógenas o escopetas, plan de peinilla, como hacían los de la derecha venezolana en tiempos pasados? Lo que pasa es que el derecho de ellos no está por encima del derecho de los demás ciudadanos a circular libremente. Trancar una vía principal como es la autopista Francisco Fajardo es un delito. La protesta aquí está reglamentada. Tú puedes marchar, pero tienes que pedir permiso, no puedes trancar una vía cada vez que te dé la gana. Para que haya convivencia, paz y diálogo hay que empezar por respetar el derecho de los demás.
—¿Estaría dispuesto a reunirse con los estudiantes?
—Yo me reúno con quien sea, en términos de respeto. En estos días me metí en Colinas de San Román en un teatro tranquilito, no hubo problemas, hasta me saludaron. Entonces sí se puede convivir, tenemos que empezar por respetar.
—¿Por qué decidió militarizar la seguridad ciudadana?
—Aquí no hay ninguna militarización. La FANB se la pasa haciendo reuniones con los consejos comunales. Tú le dices a la gente de El Valle que vas a recoger el Ejército y se amotina porque quiere a sus Fuerzas Armadas.
—¿Está prevista la eliminación de policías municipales?
—En las policías municipales y estadales tenemos muchos problemas que resolver. Hay 14 policías municipales en las que vamos a tomar medidas.
—¿Las comunidades a las que se les elimine la policía contarán con la PNB?
—No necesariamente. Lo que vamos a hacer es poner orden en el tema policial.
—¿Cuántos PNB hay en el país actualmente?
—Tengo que averiguarlo, pero estamos cerca de los 12.000 funcionarios.
—Los enfrentamientos con los bloques de búsqueda del Cicpc tuvieron como resultado 14 muertos en apenas un día
—Esas 14 personas y los que se han enfrentado o resisten a los cuerpos de seguridad corren el riesgo de fallecer. ¿Qué porcentaje es el que se ha enfrentado? No llega ni a 3%. Estamos haciendo todo lo posible por respetarle los derechos humanos, pero si un delincuente arremete y le dispara a un funcionario policial, obviamente se expone a que éste –en su defensa personal y cumpliendo con lo que está en la ley– le dispare. Por eso es que el Presidente ha sido enfático al tenderles la mano. Entréguense. Traigan las armas. Es impresionante ver cómo nos llaman para entregar armas.
—¿No sería más bien un mensaje de impunidad para quienes estén implicados en delitos y entreguen sus armas voluntariamente?
—Eso no crea ninguna impunidad. No es que va a venir un tipo que tiene tres homicidios a decir yo me entrego y quedo impune. El que tiene un homicidio va a pagar por su crimen. El que tenga un registro de delito grave va a pagar por lo que hizo. ¿Quién va a entregar la pistola? A lo mejor un guapetón de barrio que tiene un arma pero no ha cometido delito. Una vez que sea revisada el arma, hecha la experticia correspondiente, esa persona puede optar a la amnistía.
—¿Cuántas personas han entregado voluntariamente sus armas?
—Más de 18. Son muchachos que han ido entregando el armamento que tenían. Hasta ahorita, ninguno que tenga registros de delitos graves, como homicidios.
—Los índices delictivos se han incrementado
—El país no se cambia de un día para otro. El problema de la criminalidad no se puede ver tan elementalmente, ni por números puros, simples. Es un problema social que tiene unas raíces muy profundas.
—¿En cuánto tiempo podremos ver resultados?
—En un mediano plazo vamos a tener un país seguro.
—Su padre ha manifestado preocupación por la presencia de la guerrilla en Alto Apure. ¿Se ha tomado alguna medida?
—La guerrilla colombiana tiene 50 años haciendo vida en la frontera venezolana. Esas zonas siempre tendrán esos problemas, lo que nosotros hemos decidido es no involucrarnos en la guerra de Colombia.
—¿Usted es ficha de Diosdado Cabello?
—¿Tú crees que yo soy un ajedrez, que soy una ficha? ¿Tú eres ficha de quién?
—Del periodismo
—Yo no soy ficha de nadie. Ya te lo dije clarito.
RECUADRO
Un plan coyuntural
—¿Puede ser efectivo un plan como el Patria Segura si no se están tomando los correctivos en los demás niveles del sistema de administración de justicia?
—Patria Segura es un plan coyuntural. Porque la política de Estado es la gran misión A Toda Vida Venezuela que tiene seis vértices. Uno de los más importantes es el del sistema judicial. Estamos haciendo unos experimentos. Por ejemplo, se tienen unos tribunales móviles que permiten capturar a una persona y presentarla de inmediato a nivel parroquial. Y se hacen juicios rápidos de delitos leves. Lo que pasa es que son medidas estructurales que llevan tiempo y recursos. El sistema de justicia no lo vamos a transformar en seis meses.
—¿En qué se sustenta el plan Patria Segura?
—El primer vértice es el más importante, que es la prevención y convivencia ciudadana. No hemos entrado de lleno con el plan Patria Segura. Estamos empezando a abordar sus ejes desde el punto de vista social porque el problema se debe atacar desde su causa, que es la pobreza, la exclusión.
—¿Si todo lo que ha hecho la revolución es así, por qué siguen habiendo delincuentes?
—Es una pregunta que yo me hago incesantemente y la discutimos en el Gobierno.
Las cifras
196 personas han sido detenidas por homicidio con el plan Patria Segura.
1.700 personas fueron aprehendidas por otros delitos.
1.750 vehículos han sido recuperados.
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