Miguel Cabrera, aquejado por dos hernias discales que han afectado su rendimiento desde comienzo de año, habló por primera vez desde que una resonancia magnética reveló el problema que sufre y confesó que jugar con dolor ha sido su decisión.
“Necesitaba sentirlo”, explicó el inicialista nacido en Maracay, en una entrevista que publicó el diario Detroit News. “No quise ponerme una inyección (de cortisona) para jugar son dolor, porque eso era como ponerme una curita y pretender que ya no estaba lesionado”.
“Ustedes saben que esto me ha estado molestando todo el año”, agregó. “En algunos momentos me he sentido bien. En otras ocasiones he sentido que ya no puedo más. A veces han tenido que sacarme de los juegos. Esto es algo que nunca sucedió en mi carrera”.
El slugger de los Tigres de Detroit acusó el problema en marzo, durante el Clásico Mundial de Beisbol, y desde entonces ha perdido más de 20 encuentros con dolores en la parte baja de la espalda, la cadera, la ingle y las piernas.
El departamento médico de los felinos finalmente le envió al hospital, para realizarle una resonancia magnética que reveló la existencia de dos hernias discales entre las vértebras L3-L4 y L4-L-5.
Cabrera viajará el lunes a Miami, para buscar una segunda opinión. Hasta ahora, los doctores le han hablado de seguir terapia y rehabilitación durante los próximos meses, lo que le evitaría tener que pasar por el quirófano.
El proceso recomendado por los traumatólogos se basa sobre todo en fortalecer el tórax, los músculos de la cadera, dorsales y abdomen.
“Tengo que cambiar un montón de cosas en el receso de temporada y tratar de regresar en mejor forma física”, apuntó.
“Hagamos ejercicio, sigamos la terapia y el entrenamiento físico, y veamos luego dónde estamos. Si necesito la inyección el próximo año, en caso de que me moleste de nuevo, entonces lo tomaré. Pero ahora, no. No hay razones para hacerlo”.
El aragüeño no descarta reaparecer este fin de semana, durante la despedida de los Tigres, ya eliminados de todo chance para asistir a los playoffs.
Cabrera nunca ha cerrado con promedios tan bajos como los que exhibe hoy, con apenas .249/.329/.399, únicamente 16 jonrones y 60 empujadas. Ni siquiera en su primera zafra, en la que faltó casi dos meses, al estar en las menores, remolcó menos carreras.
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