Tal día como hoy, hace 11 años debutó en las Grandes Ligas el hijo prodigio de Maracay, José Miguel Cabrera Torres.
Alto, flaco y con cara de niño, aquella noche del viernes 20 de junio de 2003, vistiendo el uniforme de los Marlins de Florida, conjunto que lo firmó a los 16 años por un bono de 1.9 millones de dólares, marcó su estreno inolvidable en el Pro Player Stadium en Miami y ante la mirada de los más de doce mil fanáticos cuando el chico maravilla conectó jonrón en el inning doce para dejar en el terreno a los Rays de Tampa Bay y empezaba a escribir su historia.
El primer hit en las mayores llegó en el quinto turno del encuentro y desde entonces Cabrera emprendería una de las carreras más brillantes jamás conocidas para un venezolano en el mejor beisbol del mundo.
Los números obtenidos por el maracayero en sus doce primeras temporadas son sencillamente impresionantes, ubicándolo entre los mejores de la historia en la mayoría de los renglones ofensivos.
En la vitrina de premios obtenidos por el criollo en su lustrosa trayectoria de diez años, la encabeza la Triple Corona del 2012, dos premios Jugador Más Valioso (2012 y 2013), tres títulos de bateo (2011-2013), cinco bates de plata, ocho Juegos de Estrellas, dos premios Hank Aaron, dos veces campeón jonronero y remolcador.
Cabrera llegó a 1.300 carreras impulsadas el pasado 21 de mayo y se unió a Andrés Galarraga y Bob Abreu como los únicos venezolanos en alcanzar la cifra. Además, el toletero criollo es parte de un selecto grupo de peloteros que con 31 años combinaron 2.000 o más imparables, 350 o más jonrones y 1.300 o más empujadas. La completan Álex Rodríguez, Jimmie Foxx, Albert Pujols, Hank Aaron y Mel Ott.
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