Llegar al mejor beisbol del mundo, las Grandes Ligas, para muchos puede ser una lotería. Miles de jóvenes se debate por una oportunidad en la Gran Carpa, ya sea para entrar por academias, desde ligas invernales hasta por nivel universitario en Estados Unidos, pero Miguel Cabrera es uno de esos ejemplos en el que el talento, sobresale por sobre todas las cosas.
Era evidente que los Marlins tenían que darle el chance a Cabrera que, en junio de 2003, estaba en Doble A. Los Marlins tenían una semana en casa y el 20 de junio se encontraban a 13 juegos del primer lugar, con nueve equipos por encima en la lucha por el comodín. Comenzarían una serie ante los Devil Rays de Tampa Bay en aquel entonces, últimos en su división.
Miguel Cabrera, alucinante
Al menos 12 mil personas se dieron cita en el estadio de fútbol americano de los Miami Dolphins, para ver a quien se iba a convertir en una de las máximas figuras en la historia de las Grandes Ligas. Saltó al terreno, alineado como octavo bateador para medirse a Rob Bell, el abridor de los Devil Rays.
En el tercer inning, llegaba el momento más esperado, pero sin el mejor resultado, su primer turno: ponche sin tirarle.
El juego se fue a extrainnings. En la entrada 11 y le tocaba el turno de nuevo al novato. Con un out Alex González conectó doble y de nuevo el turno era para el muchacho de 20 años. McKeon no dudó nunca y lo dejó batear ante Alan Levine.
Levine se acomodó y soltó su primer envío. De pronto Cabrera se transformó y ante menos de 3 mil personas presentes hizo un swing a una bola que cayó en el vacío del jardín central de aquel monstruo anaranjado a más de 415 pies.
El resto es historia para quien en 2021 después de 19 temporadas se convierte en el primer venezolano en la historia de este deporte en arribar a los 500 jonrones.
El tigre frente a Roger Clemens
Unos meses más tarde se encontraba disputando su primera Serie Mundial, frente a los Yanquis de Nueva York y se enfrentaba a uno de los mejores lanzadores de la historia: Roger Clemens.
Eso no le bajó la presión a Miguel que se la desapareció a Clemens en un turno inolvidable y con eso contribuyó para que los de la Florida consiguieran su segundo título de la Serie Mundial, el cual también fue su primer anillo de campeón.
Al año siguiente, con 21 años, consiguió su primera temporada con más de 30 jonrones y asistió a su primer Juego de Estrellas.
Así empezaba a escribir una increíble historia en la cual ha conseguido once viajes al clásico de la mitad de temporada, cuatro títulos de bateo, siete Bates de Plata y se convirtió en el primer venezolano en obtener el premio al Jugador Más Valioso, galardón que ha conseguido en dos ocasiones. Además, ha liderado la Liga Americana en jonrones en dos ocasiones, incluyendo una campaña en la cual soltó 44 bambinazos.
Pero quizás el logro más importante de Miguel Cabrera fue haber conseguido la triple corona del bateo en 2012, cuando también obtuvo el MVP del joven circuito. Una gran hazaña que solo han conseguido quince bateadores en la historia y antes de Cabrera no había ocurrido desde 1967.
Fuente: Meridiano
Por: Maria Laura Espinoza
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