Migrantes quemaron este viernes dos piñatas con la imagen del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y el director del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, para denunciar los abusos y la muerte de los 40 migrantes que fallecieron en un incendio en Ciudad Juárez.
Los extranjeros realizaron esta protesta en la frontera sur de México, en Tapachula, el mismo día que estaba programada la primera audiencia judicial en Ciudad Juárez, en la frontera norte, por la presunta responsabilidad penal de Garduño en la tragedia del 27 de marzo.
Los migrantes marcharon unos 500 metros hasta llegar a Siglo XXI, considerada la estación migratoria más grande de Latinoamérica.
«Migración es corrupción», y «¿Dónde está, dónde está, el Garduño, dónde está?», fueron algunas de las consignas.
Frente al centro del INM, incendiaron la primera piñata del titular de Migración y después la del presidente de México para denunciar las muertes causadas por la política migratoria del país.
También exigieron justicia por la muerte de los migrantes que fallecieron en la estación del INM en Ciudad Juárez, en los límites con Texas.
Tras carbonizar las piñatas, los migrantes y activistas utilizaron la ceniza para colocarse una cruz en la frente para encomendarse a Dios, pues este domingo harán un «Viacrucis migrante» hasta la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México.
El director de Pueblos Sin Fronteras, el activista Irineo Mujica, manifestó que existen miles de personas en las calles, albergues y en la ciudad, por lo que estimó que ahora hay unas 50.000 personas en tránsito en Tapachula, superior al promedio anterior de 30.000.
El incendio en Ciudad Juárez ha alimentado el escrutinio sobre la política migratoria del Gobierno de México, donde, según organizaciones civiles, 2022 fue el año más trágico para los migrantes, pues unos 900 murieron en el intento de cruzar sin documentos desde el país hacia Estados Unidos.
EFE