Hace tres semanas la posibilidad que el Gobierno y los estudiantes se encontraran latía fuertemente. Se estaba preparando una mesa de trabajo para ambos sectores; sin embargo, ante el rechazo de los universitarios de acudir a las reiteradas invitaciones que públicamente realizó el propio presidente Nicolás Maduro, eso se “enfrió”.
El presidente de la Federación de Estudiantes de la UCV, Juan Requesens no ha vuelto a mencionar la oportunidad de un debate en el que estén presentes los representantes del Gobierno.
Requesens, a quien este rotativo no pudo contactar, rechazó los sucesos de Caracas, donde fueron detenidos 243 estudiantes, en la madrugada del jueves. “Tendrán que preparar celdas más grandes, los estudiantes seguiremos luchando por nuestros derechos. Las protestas continuarán”.
Fuentes partidistas aseguran a PANORAMA que esa agenda está inactiva en estos momentos; sobretodo, cuando algunos focos de los mismos estudiantes han decidido mantenerse en las calles e insistir en un cara a cara con ciertas “exigencias” que, según la Alta Comisionada para la Paz y la Vida en Venezuela, Isis Ochoa, el Gobierno “no se las puede dar”.
El movimiento estudiantil exige el cese de “torturas”, la liberación de “privados de libertad por protestar” y exhortan a dejar de criminalizar a la protesta en Venezuela. La defensora del pueblo, Gabriela Ramírez, ha dicho que ningún estudiante ha sido torturado.
“(…) Ellos no tienen interés de dialogar. Requieren de 10 minutos para hablar en cadena de radio y televisión, eso es excusa”, manifestó Ochoa hace días.
El diputado por Copei, Pedro Pablo Fernández, expresa que no se dieron “las condiciones” para que ambas partes se terminaran de sentar. “Hay que reconocer que el Gobierno hizo algunas convocatorias para ese diálogo, pero entiendo que los estudiantes rechazaron esos acercamientos”.
Para el diputada chavista al Parlatino, Ana Elisa Osorio, el espacio siempre estará “abierto”. “El Gobierno ha dado muestras importantes frente a los estudiantes, el Presidente los ha llamado a pesar de las consignas terroristas que ellos elevan en sus manifestaciones”.
“¿Qué quieren ellos? Hay evidencia sobre sus acciones violentas, muchos no son estudiantes. Llama la atención que hace dos años aceptaron dialogar con el Gobierno y ahora no. Conozco al hijo de una amiga a quien le pagaban 3 mil bolívares semanales por estar apoyando las guarimbas”.
“Ambas partes deben estar listas para conversar. El Gobierno ha dicho que está dispuesto a escucharlos y ellos no han querido sumarse a las mesas, mientras que el resto de los sectores se incorporó. De forma permanente, Maduro los convocó hasta para Miraflores, que pusieran la fecha, pero aún siguen asegurando que se mantendrán en las calles”, indicó Osorio.
Al respecto, la socióloga y directora de Medios Nacionales, Maryclen Stelling, opina que “los estudiantes son voces jóvenes que no se pueden perder y tienen que estar presente en las mesas de diálogo. Sería productivo, pero eso depende de que ellos depongan las armas y se conviertan en actores dialogantes”.
“No dudo que haya universitarios haciendo reclamos justos, pero otro grupo autonomizó la violencia, con reglas propias, y eso fracturó a la MUD. Se impone la necesidad de convivencia y la puesta por el vance del país”, añadió.
Solo con la Unasur, los estudiantes sostuvieron una reunión a finales de marzo. Y uno de los últimos llamados de Maduro fue a mitad de abril. Hasta ahora no hay agenda y siguen los exhortos para frenar la violencia en las calles de varios municipios del país.
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