Generalmente en la preparación de la mermelada tradicional se usa la misma cantidad de azúcar que de fruta, ya que esto es importante para la conservación de la misma. Sin embargo, como hoy en día la podemos guardar en la nevera, podemos ajustar el azúcar según el dulce de la fruta y de nuestro paladar.
Tradicionalmente las mermeladas se cocinan por mucho tiempo, sin embargo, si utilizamos gelatina podemos recortar el tiempo de cocción a menos de la mitad y de esta manera, nos podemos beneficiar de los nutrientes de la fruta, de sus vitaminas y de sus llamativos colores.
El mango, esa fruta tan sabrosa, carnosa, cautivadora y refrescante saturada de nutrientes, vitaminas, minerales y fibra, es muy versátil a la hora de comerla, y aunque la mejor manera de degustarla es al natural, ésta sintoniza de maravilla preparándola en crudo en ensaladas, en cebiches, en postres, mermeladas, y también en platos salados como el chutney, igualmente queda riquísima si se hace en el grill o en la sartén, y es que su nota tropical hace de cualquier plato algo exótico y original.
Nosotros tenemos nuestra mata de mango en el jardín y cada año nos regala cientos de deliciosas frutas. Como son tantas las que se cosechan, unas las regalamos a los vecinos y amigos, otras nos la comemos recién cosechadas y una gran parte la congelamos ya cortada en bolsas plásticas especiales para alimentos y de esta manera tenemos mango para todo el año.
Hoy vamos a preparar una mermelada de mango y parchita, también conocida como maracuyá, maracuya, maracuja, granadilla, pasionaria, fruta de la pasión, burucuyá o chinola que queda super sabrosa. El mango le da la cremosidad a la mermelada y la parchita le da el acento caribeño con su punto de acidez.
INGREDIENTES:
600 gr. de mango fresco
300 gr. de pulpa de parchita (maracujá o fruta de la pasión) (la puedes utilizar fresca o de la que venden ya lista y sin azúcar)
400 gr. de azúcar
9 gr. de gelatina en polvo (aquí te explicamos todo sobre las Gelatinas y espesantes – Tipos y usos)
4 frascos grandes de vidrio de mermelada.
PREPARACIÓN:
Lava, pela y corta los mangos en trozos. Una vez que tengas la pulpa ya lista, pesa para ver exactamente la cantidad de fruta que tienes.
Coloca la pulpa de parchita (sin azúcar y sin semillas) en una olla, calienta y cuando empiece a hervir agregas el azúcar. Cuando ésta se disuelva completamente añades el mango, dejas que cocine por unos 3 a 5 minutos y apagas el fuego.
Con la ayuda de una trituradora, procesadora de alimentos o batidora de brazo, licúa la fruta hasta que obtengas una mezcla homogénea.
Añade la gelatina cuando la mermelada esté bien caliente y vuelves a licuar. Verás que la mezcla ahora es más espesa, brillante y homogénea. Recuerda de que no debemos dejar que la gelatina hierva, ya que pierde su fuerza y obtiene un sabor desagradable.
Con una cuchara extrae un poquito de la mezcla, la colocas sobre un plato y llevas éste al congelador por unos minutos hasta que la mermelada se enfríe. Esto se hace para probar la consistencia de la mermelada. Si ves que está muy líquida, añade un poquito más de gelatina y vuelves a hacer la prueba.
Lava los frascos y las tapas donde vas a guardar la mermelada con abundante agua caliente. Ideal sería hervir los mismos para que estén estériles, aunque como estás preparando poca cantidad y la vas a guardar en la nevera, no necesitamos hacer tanto trabajo.
Llena los frascos hasta el borde con mermelada, pones la tapa y los volteas. Deja enfriar volteados.
Una vez fríos los guardas en la nevera.
La mermelada estará más sabrosa si dejas pasar unos dos días antes de probarla.
Sirve la mermelada sobre pan, dentro de un yogurt, úsala como base para una vinagreta o aprovéchala para decorar una torta.
¡Una vez más te deseamos buen provecho y hasta la próxima !!!
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