Una ciudadana de a pie, una mujer práctica, un ama de casa que también triunfa en su economía doméstica: gran parte de la actual campaña del partido democristiano alemán (CDU) se basa en la imagen que ha estado cultivando durante años Angela Merkel.
Una canciller que se presenta tan eficaz a la hora de poner orden en las finanzas como a la de preparar una suculenta cena a su marido. Han sido en gran parte las mujeres quienes han reconstruido este país después de la guerra, y la estrategia electoral democristiana se dirige directamente a esa sensibilidad tan germana. Merkel no ha dudado en alimentar el mito del ama de casa en el poder. Un mito con el que confía en ser reelegida canciller en las elecciones del 22 de septiembre.
En el último folleto electoral difundido por la CDU, Merkel hace comentarios como de este tenor: «Me encanta cocinar… Mi marido pocas veces se enfada cuando le preparo el desayuno. Si acaso se queja de que el pastel tiene poca miga para su gusto… después de todo es hijo de un panadero».
La canciller nos informa de que a su esposo, Joachim Sauer, le encanta especialmente su sopa de patatas y sus «Rouladen», plato de domingo típicamente alemán: un rollo de filete relleno de panceta, cebolla y pepinillo acompañado de col lombarda.
En el apartado «Matrimonio» del folleto, Merkel confiesa: «Mi primer matrimonio en mis años de estudiante, lamentablemente no se sostuvo». Lo dice con pena, aunque ahora se congratule de su felicidad junto a Joachim. La CDU basa así gran parte de su campaña en una Merkel más humana, cercana, apacible, que en estos días viste ropa ligera y de colores pastel.
Líder indiscutida
Merkel también cuida su imagen en las entrevistas que concede de manera muy calculada, como la que dio a la revista femenina «Brigitte» para exponer también su lado más humano. El caso es que, por imagen o por gestión, la canciller no deja de ser en las encuestas la líder más apreciada por los alemanes. Una popularidad a veces contradictoria ya que el 78% de los germanos, por ejemplo, opina que sus explicaciones sobre el reciente escándalo de espionaje masivo norteamericano no son satisfactorias. Pero no por ello dejan de valorarla positivamente. Un 67% de los encuestados declara que están satisfechos con el trabajo de Merkel muy por delante de todos sus rivales.
Porque más allá de la imagen de la canciller, lo que la CDU ofrece es una «Alemania fuerte». En la presentación de la campaña, el secretario general del partido, Hermann Grohe, declaró: «Lo que está en juego es si Alemania seguirá siendo un país fuerte y exitoso». Invocación acompañada de eslóganes como «El crecimiento necesita visión y un euro estable» o «Cada familia es diferente, y para nosotros especialmente importante». La campaña se centra así en trabajo, finanzas y familia.
A siete semanas de los comicios, la CDU lidera las encuestas con un cómodo 42% seguida por los socialdemócratas con un 26% y por detrás los verdes (13%), la Izquierda (7%) y los liberales del FDP. Y es que el éxito democristiano se debe en buena parte a la fortaleza de la imagen de Merkel, que no se ha visto mellada por los escándalos que ha sufrido durante su era: dos dimisiones por plagio, la posible implicación de Berlín en el espionaje estadounidense o la mala gestión de su ministro de su ministro de Defensa a quién se le ha pedido dimitir.
Razones para la CDU
«Diez buenas razones para votar CDU», se lee en las páginas centrales del folleto, que también habla de política y que se extiende en las líneas maestras de rigor, fortaleza, mercado y cierto paternalismo sobre las que la democracia cristiana basa su campaña hacia una nueva victoria.
Fuente: ABC