Melanie Griffith, atada a «Antonio» durante un año

Melanie Griffith, atada a «Antonio» durante un año

Los sentimientos pueden borrarse pero la tinta de los tatuajes es para toda la vida. Al menos, si no se le pone remedio. El reciente divorcio entre Melanie Griffith y Antonio Banderas ha dejado en el aire qué hará la actriz con el tatuaje que tiene en el brazo en forma de corazón y con el nombre de su exmarido. Lo lógico, de cara a emprender una nueva vida, forzar la erosión del recuerdo y, sobre todo, si quiere allanarse el terreno para futuras relaciones sentimentales, es que Griffith opte por eliminarlo. «Al ser de color negro o azul oscuro, es más fácil de quitar», explica Kati Pelay, directora de Tattoo Cleaners, un centro especializado en eliminar estos grabados en la piel.

 

Claro que, en este caso, el verbo «borrar» poco tiene que ver con la facilidad con la que se elimina el grafito del lápiz sobre el papel: «Necesitaría entre 8 y 15 sesiones de láser, que duran unos 10 minutos cada una, pero entre sesión y sesión hay que dejar pasar unas seis semanas», comenta Pelay. Las cuentas son claras: Griffith tardaría aproximadamente un año en borrar a «Antonio» de su piel. Y a ello se añaden los riesgos de este proceso cada vez menos extraño entre la población. «Podría quedar la sensación de que en esa zona hubo algo, también una textura más rugosa, así como cicatrices hipertróficas», señala el dermatólogo Dionis Muñoz.

 

El doctor explica que tras cada sesión y durante 10 o 15 días, la zona tratada requiere de unos cuidados especiales: «Se forma una costra que contiene, en parte, la tinta que se va expulsando; por eso tras cada intervención el dibujo se va aclarando». Una metáfora curiosa de un amor desvanecido que se expulsa poco a poco del cuerpo.

 

 

ABC.es

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