INGREDIENTES
2 kilos de mejillones
1 vaso de aceite de oliva virgen extra
1 vaso de vinagre de vino
1 vaso de vino blanco (un buen albariño a ser posible)
1 cucharada sopera de pimentón dulce o semidulce
2 dientes de ajo
3 hojas de laurel
Limpiamos bien los mejillones debajo del grifo. Con un cuchillo rascamos las impurezas y arrancamos las barbas que sobresalen por la zona de unión de las conchas. Descartamos aquellos que estén rotos o abiertos. Los mejillones frescos deben estar abiertos un milímetro o dos y cerrarse al intentar abrirlos.
Colocamos en una olla grande un vaso de vino albariño, dos hojas de laurel y los mejillones. Los llevamos a ebullición con fuego fuerte y tapados. Desde que hierve los podemos dejar dos minutos a fuego fuerte (sin retirar la tapa) o podemos ir retirando los que van abriendo.
Escurrimos los mejillones pero reservamos medio vaso del agua de la cocción que colaremos para eliminar impurezas. Ésta estará formada por el vino más el agua de mar que han soltado los mejillones.
Separamos los mejillones de las conchas, desechando aquellos que no hayan abierto, y los colocamos en fiambreras o en frascos, dependiendo del soporte en el que vamos a hacer la conserva.
Fileteamos los ajos y los incorporamos a una sartén con el vaso de aceite de oliva virgen extra a fuego fuerte y una hoja de laurel.
Cuando el ajo esté dorado retiramos del fuego y añadimos una cucharada sopera de buen pimentón. Removemos rápidamente con una cuchara de madera para que no se queme y añadimos, para enfriar, el vinagre y el agua de cocción que reservamos previamente.
Con esta mezcla cubrimos los mejillones en las fiambreras o en los frascos. Es importante que queden bien cubiertos de líquido para que se conserven bien y adquieran el sabor del preparado.
Cuando estén a temperatura ambiente se pueden meter en la nevera.
Los mejillones en escabeche se pueden consumir casi desde que enfrían, aunque según pasan las horas están mucho mejor. Bien cerrados pueden conservarse durante meses, aunque el mejor momento para consumirlos es a los pocos días, quizás una semana, de su preparación.
Unas horas antes de servirlos es conveniente sacarlos del frigorífico para que estén a temperatura ambiente, pues el frío enmascara parcialmente el sabor intenso del escabeche.
Recetas de Rechupete