2020 fue un año turbulento para el mundo y también para la familia real británica. La monarquía más famosa del mundo cambió sus tradiciones en medio de una pandemia que todavía continúa.
A sus 94 años, la reina Isabel supo lo que era el teletrabajo, que tuvo que implementar para continuar con su trabajo como la guía de “la firma”, mientras su marido, el duque de Edimburgo, que está a punto de cumplir 100 años, la continúa acompañando.
¿Es 2020 el año que la reina podría volver a calificar como “Annus Horribilis”, tal como lo hizo en 1992, cuando sus hijos se divorciaron y casi pierde el Castillo de Windsor, producto de un incendio?
Si bien no hubo divorcios, sí hubo una separación dolorosa para la “empresa familiar” junto al escándalo del píncipe Andrés, que aún continúa, y una pandemia que, pese a tener “sangre azul”, no los libró del contagio.
Megxit: Un plan de retiro que se concretó
El año comenzó con malas noticias en el Palacio de Buckingham. El 18 de enero anunciaron que los duques de Sussex se separarían de la familia real británica, renunciando a sus obligaciones reales para volcarse a sus propios proyectos solidarios, concretando un plan que habría comenzado cuando decidieron que su hijo Archie no llevaría título nobiliario, destacó Infobae.
La decisión, que habían conversado en la Navidad pasada cuando la familia se reunió en Sandringham, implicó un hecho insólito para la monarquía, ya que esta separación incluso consideraba que comenzarán a ser independientes económicamente.
Según destaca El País, esto habría generado una fractura entre el heredero de la corona, el príncipe William; y su hermano Harry, ya que la separación sería otro factor que se sumó a una serie de situaciones que habrían terminado por alejar a los hijos de Diana.
Actualmente la pareja mantiene su acuerdo, viviendo en Estados Unidos, específicamente en Los Ángeles, California, desde donde participan activamente en diferentes actividades solidarias, muy apegados a su perfil como filántropos.
Sin embargo, ese acuerdo con la familia real estuvo en tela de juicio cuando la pareja no dudó en hacer un llamado a los estadounidenses a registrarse y votar en las pasadas elecciones que sacaron a Donald Trump de la presidencia de Estados Unidos.
En la ocasión señalaron que “esta es la votación más importante de nuestras vidas, pero este año realmente lo es. Cuando votamos, nuestros valores se ponen en acción y se escuchan nuestras voces”.
Con ello, la pareja transgredió uno de los principios más importantes de la familia real británica que es no involucrarse en política, considerando que se les prohíbe votar, algo que Harry recuerda en su mensaje, destacando que nunca ha votado en su vida.
El gesto que realizó la pareja enfureció a Trump, declarando “no soy fan de ella” , respecto de Meghan Markle, añadiendo “les diría algo que ella probablemente ya ha oído: le deseo mucha suerte a Harry, porque va a necesitarla”, reportó El País.
La pandemia de coronavirus los separará por primera vez de la familia en esta Navidad, ya que continuarán disfrutando el sol de California para estas fiestas en su residencia, cuyo jardín es el lugar donde posaron para su tradicional postal navideña, una ilustración con su retoño como protagonista junto a los perros y gatos de la pareja, destacó Hola.
AFP