A pocos días del lanzamiento oficial de Friends, Lovers and the Big Terrible Thing, la autobiografía oficial de Matthew Perry, se comienzan a conocer algunas de las revelaciones que el actor hizo sobre su vida. En sus páginas, el actor relató con franqueza y crudeza su larga lucha contra las adicciones, algo con lo que batalló casi toda su vida.
Mientras promociona lo que seguramente será un éxito editorial, Perry, de 53 años, reconoció durante una entrevista la enorme cantidad de dinero que tuvo que invertir en tratamientos para lograr estar sobrio. «Probablemente he gastado 9 millones de dólares o algo así tratando de estar sobrio», dijo en una entrevista con el New York Times en donde también reveló que lleva 18 meses sin beber alcohol.
Este último dato permite sacar la conclusión de que el actor, que interpretaba a Chandler Bing en la popular sitcom, estaba cursando sus primeros días de sobriedad cuando se grabó el especial de Friends, emitido en mayo de 2021, en donde los seis protagonistas se juntaron por primera vez frente a una cámara, tras el final de la tira.
9 millones de dólares en tratamientos es un valor que Perry pudo afrontar sin problemas, ya que el actor cuenta con un capital de 120 millones de dólares, según Celebrity Net Worth. La estrella hizo la mayor parte de su fortuna durante los 10 años que trabajó en Friends. Al igual que sus compañeros comenzó ganando 22.500 dólares por episodio en la primera temporada y terminó facturando un millón de dólares por episodio en los dos últimos años.
El viernes por la mañana, Perry fue visto por primera vez desde que las revelaciones sobre sus graves problemas de salud salieron a la luz. El actor se dedicó durante una hora a jugar al tenis con un grupo de amigos. En las imágenes se lo puede ver sano y feliz mientras disfrutaba de un día al aire libre.
Las revelaciones de Perry
Una de las revelaciones más fuertes de su libro es cuando cuenta que casi muere a los 49 años a causa de una perforación gastrointestinal. Según explicó, el actor luchó durante varias semanas por su vida luego de que su colon estallara por el uso excesivo de opioides. Dos semanas en coma, cinco meses en el hospital y una bolsa de colostomía que tuvo que utilizar durante nueve meses fueron el resultado de todo.
«Los médicos le dijeron a mi familia que tenía un 2% de posibilidades de vivir. Me pusieron una cosa llamada máquina ECMO, que hace toda la respiración para el corazón y los pulmones.. (…) Nadie sobrevive a eso», confesó. «Había cinco personas puestas en una máquina ECMO esa noche y las otras cuatro murieron y yo sobreviví. Así que la gran pregunta es ¿por qué? ¿Por qué fui yo el indicado? Tiene que haber algún tipo de razón», agregó.
Mientras triunfaba en la pantalla con Friends, la realidad detrás de cámara era muy cruda para Perry. En un momento, la estrella tomaba 55 pastillas de Vicodin (un analgésico para dolores moderados a intensos) por día y había bajado considerablemente de peso. «No sabía cómo parar. Si la policía hubiese venido a mi casa para decirme ‘si tomas esta noche, te llevaremos a la cárcel’, hubiera comenzado a empacar. No podía parar porque la enfermedad y la adicción son progresivas. Así que empeora cada vez más a medida que envejeces», reconoció quien a lo largo de estos años entró alrededor de 15 veces en rehabilitación.
En ese tormentoso momento, sus compañeros de elenco funcionaron como un gran sostén. «Es como ocurre con los pingüinos. Los pingüinos, en la naturaleza, cuando uno está enfermo, o cuando uno está muy herido, es rodeado por sus pares, que lo sostienen. Caminan alrededor de él hasta que ese pingüino puede caminar por sí solo. Eso es más o menos lo que el elenco hizo por mí», expresó en referencia a la actitud que tomaron Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc, y David Schwimmer.
Tras asegurar que compartir con el público su historia de vida fue movilizante, Perry advirtió durante una entrevista promocional que los lectores se van a sorprender al conocer lo cerca que estuvo de la muerte mientras brillaba y era aplaudido por millones en la pantalla chica. «Creo que se sorprenderán de lo mal que se puso en ciertos momentos y lo cerca que estuve de morir. Digo en el libro que si muriera, sorprendería a la gente, pero no sorprendería a nadie. Y eso es algo muy aterrador con lo que vivir. Así que mi esperanza es que la gente se identifique con ella, y sepa que esta enfermedad ataca a todo el mundo. No importa si tenés éxito o no, a la enfermedad no le importa», opinó.
EFE