El domingo, poco después de las 10:00 de la noche fue asesinado Deivi Aparicio, de 33 años, quien recibió al menos 10 tiros por la espalda, cuando llegaba a su casa, en compañía de su esposa, que también resultó herida en el brazo izquierdo.
El hecho ocurrió en el barrio Mario Briceño Iragorry de Catia, cuando la pareja regresaba de visitar a una tía de Aparicio, a pocas calles de su vivienda.
«Cuando sonaron los primeros disparos, yo me agaché y me cubrí la cabeza con los brazos. Toqué la puerta de la casa y cuando me regresé a ver dónde estaba mi esposo, lo vi tirado en la escalera, boca abajo», relató Lisbeth Bravo, esposa Aparicio.
La víctima trabajaba como armador de carros en un taller mecánico. La esposa de Aparicio contó que el cadáver de su esposo quedó en las escaleras del callejón adyacente a su casa, pero que ella fue auxiliada por una comisión de la PNB que la trasladó hasta el hospital de Los Magallanes de Catia.
El cadáver de Aparicio fue uno de los 37 que fueron ingresados a la morgue el fin de semana.
THABATA MOLINA
EL UNIVERSAL