En Táchira, a diferencia del resto de estados del país, los dueños de unidades de producción deben gestionar el despacho de un cupo mensual de carburante para movilizar máquinas y equipos utilizados en el trabajo de sus fincas. Además, tienen que gestionar el chip para la compra y uso de otro cupo mensual de gasolina destinado a la movilización del vehículo.
En la zona norte, más de 700 productores agropecuarios de los municipios Ayacucho, Jáuregui y Samuel Darío Maldonado cumplieron un mes sin recibir el despacho de gasoil para sus fincas, luego de que Pdvsa decidiera cambiar, nuevamente, el centro de despacho.
La petrolera estatal ordenó suspender el suministro de diésel en la Distribuidora de Combustible Puente Grita, que está ubicada en el sector Termoeléctrica de La Fría (municipio García de Hevia) por presunto dolo, y trasladarlo a la Distribuidora La Blanca, en el municipio Panamericano. Durante ocho meses, los productores compraron allí el carburante para motobombas, tractores, ordeños, plantas eléctricas y demás equipos y máquinas utilizadas en las fincas. Pero hace un mes en la Distribuidora La Blanca les participaron que el despacho del combustible había sido cambiado nuevamente para Puente Grita.
Los productores cumplieron un mes esperando a que les despachen el combustible requerido y sus máquinas y equipos están paralizados.
“Hasta hoy no le han despachado combustible a nadie. Se acabó el mes y uno de nuestros agremiados que fue al Ministerio de Energía y Petróleo nos informó que apenas reasignarán los códigos para que se haga el despacho. Eso es mentira”, dijo Gonzalo Vargas, miembro de la Asociación de Ganaderos del Norte del Táchira.
Puente Grita, según fuentes del área de hidrocarburos, sería una de las distribuidoras que pasaría a órdenes de la Gobernación del Táchira para su manejo. Las irregularidades presuntamente halladas allí estarían relacionadas con la no entrega completa de los cupos asignados a los productores con el argumento, a su vez, de que la distribución de Pdvsa no fue completa.
“Nos parece una falta de respeto para con la gente que está trabajando, produciendo comida para el mismo país, que nos tengan en esto de ‘que venga mañana, que venga pasado mañana’ y no nos den respuesta”, dijo Alfredo Ramírez, otro productor afectado y miembro de Asoganort.
Sin movilización
Explicaron que no pueden ir a una estación de servicio a comprar gasolina o diésel y transportarla a sus unidades de producción porque serían blanco de sanciones policiales y militares, según el punto de control por el que tengan que pasar, no solo por la misma acción de transporte –que está prohibido–, sino por no tener la guía de movilización del combustible y el permiso de Pdvsa, documentos que se expiden al adquirir el cupo asignado.
Un productor que exigió reserva de su identidad señaló que, ante la premura, compran carburante en casas y bodegas cercanas a las fincas donde se practica el pimpineo. Y aunque resulta 13 veces más caro el litro de diésel, asumen el costo y el riesgo.
“Hay fincas donde no hay electricidad y las plantas eléctricas permanecen casi todo el día encendidas, y funcionan con diésel. Estamos en verano y es el tiempo preciso para preparar los terrenos, las pasturas, y los tractores y equipos trabajan con diésel y gasolina. No podemos dejar pasar eso”, explicó.
En cifras
Los productores deben recorrer al menos 200 kilómetros entre sus casas y sus fincas, pero solo pueden surtir sus carros con gasolina a precio regulado (1 y 6 bolívares el litro de 91 y 95 octanos, respectivamente), 6 veces al mes. Para seguir movilizándose deben comprar combustible en las gasolineras ESA, en las que el litro vale 350 bolívares.
El litro de diésel cuesta 0,058 bolívares en una estación de servicio regulada, pero la tarifa fijada para la finca de productores es de 30 bolívares por litro. El mismo producto cuesta en las estaciones de servicio alternativas 300 bolívares y en las triple E, o estaciones de servicio exclusivas, 620 bolívares.
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