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Marvinia Jiménez: “Es triste ver que las violaciones a los DDHH no terminaron con mi caso”

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Marvinia Jiménez: “Es triste ver que las violaciones a los DDHH no terminaron con mi caso”

El 24 de marzo, Marvinia Jiménez cumplirá un mes de haber sido golpeada, en público, por efectivos de la Guardia del Pueblo. Fotos de medios locales y videos aficionados dieron a conocer su caso y la secuencia de los hechos en el sector La Isabelica, al sur de Valencia (Carabobo).

 

Tres semanas después, Marvinia está en una casa que no es la suya, sentada en un mueble de la sala. Pasadas las 8am, está lista y vestida para salir a la sede de la Defensoría del Pueblo, en Valencia, a introducir un documento. Cuenta que después de pasar tres días detenida y unas horas en una clínica por estudios posteriores a los fuertes golpes que recibió, no ha tenido tiempo de descansar porque todos los días tiene que hacer alguna diligencia o algún papeleo. Lo que más le mortifica es que hay otros casos similares al suyo, que no se conocen, y que la efectiva de la Guardia que la golpeó no ha sido presentada a tribunales, a pesar de tener una orden de captura.

 

Ya van seis semanas de protestas y casi un mes de tu detención, ¿Qué opinas del rumbo que han tomado las manifestaciones?

Después de todo esto yo no puedo volver a salir a la calle a protestar, es como una cláusula que me impusieron, una forma legal, que yo la veo ilegal. Pero no es necesario ir a una marcha para protestar. Tú protestas cuando te quejas en una cola para comprar un pote de leche para tu hijo. Yo no estaré en la calle y no soy estudiante, pero soy madre, y todo por lo que ellos protestan, me identifica. Lo que me entristece es que por las manifestaciones hemos visto una cara horrible de la Guardia, porque quieren defender una ideología y no les importa si tienen que usar la violencia para eso. Es triste ver que las violaciones a los derechos humanos no terminaron con mi caso y que siguen agrediendo a estudiantes y manifestantes que protestan pacíficamente. A mí me llaman “la casqueada”, mi caso lo conoce todo el mundo, pero no es justo que otras agresiones pasen por debajo de la mesa.

 

¿Qué pasó ese día?

Yo estaba tomándole fotos a los excesos que tenía la Guardia desde tempranas. Salí de mi casa porque escuché los gritos, botellazos, detonaciones y vi gente corriendo, Cruzo el bulevar y empiezo a preguntar el por qué de esa agresión. Los Guardias me hablaron muy mal, me dijeron que buscara marido. Uno de ellos me apunta porque se da cuenta que estoy tomando fotos, otro que estaba atrás me agarra la mano, otro viene corriendo a quitarme el teléfono, yo lo lanzo y ahí viene corriendo la femenina y comienza toda la cuestión de los golpes. Cuando ellos me agarraron solo pensé en mi vida, temí. Me estaban apuntando.

 

¿Le decías algo a la efectiva?

Nada, no me salía nada. Yo sólo me concentraba en tratar de agarrarle las manos para que no me hiciera tanto daño, pero ella era más fuerte. Cuando se quitó el casco que vi que me iba a pegar con él, fue lo peor. Se siente feo porque si ves las fotos te das cuenta de que lo que hay es placer en su rostro, una sonrisa de oreja a oreja. Esa sonrisa macabra yo la tuve cara a cara.

 

¿Qué te dicen cuando te llevan detenida?

Nada. A mí nadie me informa que voy presa, no hubo diálogo, en lo absoluto. Pero yo me di cuenta porque me llevaban agarrada y en montaron en una moto, ahí empecé a gritar mi nombre para que los vecinos que quedaban y los que no me conocían supieran que era yo. Estuve tres días y dos noches bajo la custodia de guardias y policías. Nadie me leyó mis derechos, nadie me informó por qué me estaban deteniendo. No me permitieron hablar con abogados, ni hablar con mi familia, nada. Eso fue temprano, en la tarde y mi familia se enteró que yo estaba presa a las 7 de la noche. Después me llevaron donde una doctora que lo que hace es bajarle la fiebre a los niños y su chequeo no fue de mayor profundidad. Yo tenía morados en la barriga y en las piernas y una mordida en el brazo y me di cuenta de eso cuando me dejan libre porque en el comando no me bañé, no me cambié, no me dejaron.

 

Pero después se conoció la versión de que te llevan porque estabas robando.

Eso es mentira. Hay una reseña por hurto que hizo el Cicpc pero nadie me dice qué me robé o por qué me acusan. También dijeron que yo estaba saqueando la Cantv junto con otro señor. Fue algo que se inventaron para justificar mi detención, porque si me hubiese robado algo todavía estaría presa.

 

¿En la audiencia mostraron alguna evidencia de eso?

Aparece citado en el expediente. Ellos tienen fotos de la apariencia física, el lugar tiene daños y dicen que eso lo hicimos ese otro señor y yo.

 

¿Quién es ese señor?

Uno que sale en el expediente conmigo. A él también lo golpearon. Yo lo vi llegar al Comando, esposado y vomitando sangre. Le obligaron a cambiarse la camisa y le dieron una que le quedaba pequeña para reducir las evidencias de que lo habían golpeado.

 

¿Qué dice el documento que llevas a la Defensoría?

No lo puedo hacer público, porque no es favorable para el caso. Lo que sí te puedo decir es que tiene que ver con las irregularidades que hay. A mí me dieron un régimen de presentación que está por aclararse porque en un acta dice que es cada 30 días y en otra dice que en cada 45.

 

Tienes un hijo de 7 años, ¿supo que estuviste presa tres días?

Yo no quería que mi chamo me viera así, pero al mismo tiempo necesitaba verlo porque sabía que él preguntaba por mí todos los días. Tampoco entendía por qué no lo llevaban a clases, y yo tenía que explicarle eso. Cuando me lo traen a la clínica, lo primero que me dijo fue: “Mamá ¿que te pasó? Yo le dije la verdad: que fui golpeada y le dije que me habían llevado presa. “¿Presa detrás de una rejas como las malandras?”, y eso me quebró. Es difícil explicarle a un niño de esa edad una cosa así, sobre todo porque es muy pequeño para entender que me llevaban presa por nada.

 

¿Hay algo que te preocupe a raíz de todo esto?

Mi chamo. El duerme conmigo y tiene pesadillas, se despierta a media noche. La otra vez se despertó gritando y llamándome y cuando se da cuenta que estoy a su lado me dice que tuvo una pesadilla en la que me estaban golpeando. Cuando pasan las marchas y cuando hacen los cacerolazos también se asusta. Yo trato de calmarlo y le digo que todo va a estar bien, pero el ya tiene predisposición a la situación que estamos viviendo y no es justo porque es un bebé. También me preocupa que la injusticia. Yo estuve presa injustamente pero la Guardia que me golpeó todavía está libre, ella es la que debería estar presa por abusar de su uniforme.

 

¿Te ha costado volver a tu vida normal?

A mi vida normal no he vuelto. Mi rutina se compartía en atender a mi hijo y trabajar en mi taller de costura, en mi casa, cosiendo y escuchando música. Yo soy rockera, me la paso escuchando Iron Maiden, Metallica, Pantera, los Rolling Stones. Estos días la música ha sido mi refugio, porque desde que me dejaron libre estoy escondida en otro lugar. Me da miedo volver a mi casa, no sea que los colectivos me busquen, porque ya todos saben donde vivo.

 

¿Te han amenazado?

No, yo me siento amenazada, pero no me van a callar. A mí me podrán dejar pegada en la calle, Dios no lo quiera, pero antes de eso no me van a callar.

 

 

 

 

Fuente: ÚN

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