1. Sólo una vez a la semana consumirás glúcidos sin límite
Lograr los abdominales perfectos requiere un 30% de entrenamiento y un 70% de correcta alimentación, según los nutricionistas y entrenadores expertos. ¿Eso quiere decir que debes renunciar para siempre al chocolate con leche y las papas fritas?
No necesariamente. Si acostumbras a comer siempre de manera extremadamente limpia y saludable, tu metabolismo acaba por ralentizarse.
¿La solución? Haz solo una comida cargada de hidratos o glúcidos una vez a la semana (alimentos ricos en azúcar y carbohidratos), de esta manera aumentarás la quema de grasas y mantendrás tu metabolismo acelerado.
2. Camina cargando peso
Sostener una bolsa pesada del mercado puede traerte más beneficios de los que imaginas: los movimientos de flexión antilateral te hacen trabajar los abdominales pues te obliga a resistir el movimiento de flexión lateral. Además, acelera tu metabolismo.
Procura alternar el peso de una mano a otra y no dejes de tensar los abdominales mientras caminas. Otro gran ejercicio reside en subir escaleras con peso.
3. Entrena maniobrando un bosu
Esta es la manera en que puedes trabajar todo el tronco en un lapso corto de tiempo.
Túmbate sobre un Bosu, con las rodillas flexionadas. Haz abdominales de subida y extiéndete del todo cuando regreses, arqueando la columna.
4. Toma agua en abundancia
El agua es económica (a veces gratis), hay en abundancia y una herramienta clave para definir tus abdominales. Un estudio publicado por el Journal of the American Dietetic Association determinó que los sujetos que ingieren dos vasos de agua antes de cada comida han perdido 2kg más en el plazo de tres meses.
5. La ciudad puede ser tu campo de entrenamiento
La idea no es que te mates y quemes toda tu energía en el gimnasio. La clave para mantener un físico magro y que los abdominales se desarrollen y se marquen es aumentar la actividad física fuera del ejercicio.
Por eso, procura caminar siempre distancias prolongadas en tus rutas cotidianas, estacionando tu vehículo lejos de tu destino, cargando las bolsas del supermercado, subiendo escaleras en vez de tomar el ascensor. Haz de estos actos partes esenciales de tu rutina y comenzarás a ver los resultados.