La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, anunció este sábado que “se están dando los pasos” para una mejora en la protección legal y social de los trabajadores de empresas textiles tras el boicot de las principales marcas del sector por la detención de sindicalistas y empleados durante una huelga en diciembre.
“Se están dando los pasos necesarios para construir una buena relación entre los empleados y los trabajadores, asegurando los derechos jurídicos de los trabajadores y programas de ayuda social”, afirmó Hasina en Dacca durante la mayor feria textil de Bangladesh.
Sin embargo, la mandataria bangladesí evitó referirse a la principal reclamación de los sindicatos durante la huelga de diciembre: la subida del salario mínimo en el textil, ahora de 97 dólares mensuales.
Hasina se limitó a recordar en su discurso durante la inauguración de la Feria de Ropa de Dacca que las últimas subidas del salario mínimo, que llegó a estar en 20 dólares mensuales, se produjeron gracias a la iniciativa de su Ejecutivo.
La Feria de Ropa de Dacca se había convertido durante la última semana en el símbolo de la presión internacional al Gobierno bangladesí por los ataques contra aquellos que habían secundado la huelga, con gigantes del sector textil como Inditex, C&A o H&M anunciando que no enviarían ningún representante al evento.
Pero la decisión a última hora del jueves de las autoridades locales de liberar a 35 sindicalistas y trabajadores que permanecían detenidos desde la huelga de diciembre llevó a algunas de las compañías a relajar la presión y asistir a la feria.
“Los representantes de todas las grandes marcas se unieron hoy al evento después de que el Gobierno accediera a liberar a los líderes sindicales y a los trabajadores”, dijo a Efe Kutuddin Ahmed, secretario general en Bangladesh del sindicato IndustriALL, que representa a la mayoría de las empresas internacionales en el país.
Anna Eriksson, portavoz de la empresa sueca H&M, confirmó hoy a Efe que la compañía decidió finalmente “unirse” al evento y asistir como “observadora”, aunque dejó claro que “la libertad de asociación es un derecho humano no negociable” y continúan vigilantes.
Como consecuencia de la huelga de diciembre, además de las detenciones masivas, las fábricas echaron a 1.600 empleados a la calle, según fuentes policiales, una cifra que conforme a los sindicatos locales es aún mayor y que la Asociación de Exportadores y Fabricantes de Ropa de Bangladesh (BGMEA) niega.
El sector del textil, que representa el 81 % de las exportaciones de Bangladesh, lleva años en el ojo del huracán por las condiciones de trabajo, especialmente tras el derrumbe del complejo Rana Plaza en 2013, en el que murieron 1.100 trabajadores y 2.500 resultaron heridos.
La primera ministra bangladesí anotó hoy al respecto que 3.869 fábricas textiles han sido inspeccionadas desde el siniestro del Rana Plaza y que sólo encontraron “fallos” en 39 de ellas, que fueron cerradas, mientras que el resto “están siendo renovadas”.
EFE
Por Confirmado: Francys García