En el diccionario del beisbol, una paliza significa castigar sin clemencia al contrario hasta verlo derrotado, y un ejemplo claro de ello fue lo hecho ayer por Magallanes ante los brazos de Margarita. Doce carreras y veintidós imparables fue la cuota de castigo que recibieron los Bravos en su penúltima visita de la temporada a Valencia, y que significó para los eléctricos otro paso importante hacia su inminente clasificación.
En esta dura emboscada turca, todos los bateadores titulares dispararon, por lo menos, un imparable, siete duplicaron y ocho de ellos consiguieron una remolcara. Sin embargo, de todos ellos, fue Endy Chávez el que se llevó la ovación del público. El jardinero se fue de 6-3, con cuadrangular, triple, doble y tres impulsadas. En el octavo tramo, buscó lo más “fácil”, el sencillo para completar la escalera, pero terminó fallando con rolling duro a la primera base.
“En el último turno había una ansiedad bastante grande, con muchas ganas de dar el hit porque la fanaticada estaba haciendo bulla, apoyándome. Fue interesante para mí, pero estoy contento con la actuación que tuve, donde pude producir carreras”, contó el grandeliga, quien ayer estuvo tomando práctica de bateo extra previo al choque ante los insulares. “No he estado produciendo, pero he trabajado para agarrar el ritmo de siempre”.
La artillería comandada por Luis Sojo estuvo siempre en las bases y anotó en casi todas las entradas del compromiso. Solo en el tercero y octavo, los turnos no pisaron el plato de los margariteños, que ya ven el barranco de la eliminación a pocos metros.
La nota positiva desde el montículo la colocó Carlos Zambrano, quien después de ocho aperturas en la temporada, logró estrenar por fin el renglón de las victorias. El “Toro” estuvo sobre el montículo durante cinco entradas, solo le fabricaron una carrera (que fue sucia), regaló un boleto y consiguió un trío de ponches. Su efectividad mejoró de 5.06 a 4.38.
Al mismo tiempo, esa triunfo 12 a 2 se tradujo en el lauro 31 de la campaña de la nave, que los sigue consolidando en la segunda posición y que los obliga a ir enfriando la champaña para celebrar pronto el paso a otro round robin.
“Tenemos mucha química, hay mucho compañerismo. Somos una familia, con una gran química y cuando es así, cada quien se enfoca en lo que tiene que hacer”, finalizó Chávez.
Fuente: Líder en deportes
