Más del 20 % de los conflictos laborales registrados los últimos cuatro años en Venezuela han sido protagonizados por trabajadores del sector educación, lo que supuso «más de 1.000 protestas realizadas por los maestros», informó este lunes el Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin).
«Más del 20 % de los conflictos laborales registrados durante estos últimos cuatro años han sido del sector educación, lo que se traduce en más de 1.000 protestas realizadas por los educadores en este tiempo», aseveró el instituto sindical en un comunicado de prensa.
La organización aseveró que, desde 2018 hasta ahora, el sector educación se ha mantenido, junto al sector salud, como uno de los más participativos en la reivindicación de sus derechos en Venezuela.
El Inaesin refirió que el reclamo principal del gremio docente es el bajo salario que devengan, pero que también se suman las carencias en el ejercicio de su labor.
«También han reclamado por el abandono de los planteles educativos, que se encuentran en terribles condiciones de deterioro, así como por los comedores escolares que no funcionan», apuntó el instituto.
Además, aseguró que, actualmente, los docentes venezolanos tienen sueldos de entre dos y diez dólares, dependiendo de sus años de experiencia, que les impiden enfrentar los cambios de horarios y la movilidad necesaria para cumplir con su labor.
«A pesar de los cambios en los horarios a raíz de la pandemia y las restricciones por movilidad, en estos recientes años los maestros han afrontado una jornada de 40 horas semanales, que no contempla primas, ni bono de alimentación, y por la cual perciben poco más de dos dólares. Quienes cuentan con un mayor grado académico y años de experiencia, apenas alcanzan a recibir diez dólares», dijo el Inaesin.
El pasado miércoles, esta organización sindical alertó sobre el aumento de los casos de depresión entre trabajadores venezolanos y aseguró que se trata de «un problema de salud pública».
«En Venezuela, vemos con preocupación cómo han aumentado los casos de suicidios. Se trata de un problema de salud pública que daña a los trabajadores venezolanos de una forma casi silente», dijo el instituto en un comunicado. EFE