Ha nacido una nueva generación de mujeres. Se ha formado un nuevo grupo social, podríamos decir. Algo parecido. Y es que, cada vez más, las mujeres se convierten en madres. Pero lo hacen solas. ¿El por qué? Quizás la necesidad de no estar solas, la necesidad de cumplir con su instinto maternal o, puede ser, circunstancias que no se pueden elegir en la vida. Sea como sea, estas mujeres están en el mercado, y ahora más que nunca.
Estamos seguras de que muchas de nuestras lectoras son mamás. Y, de entre ellas, puede que tengan pareja, pero también habrá un alto porcentaje de mujeres solteras con su bebé. Las películas nos engañan y han creado una falsa imagen de la típica madre soltera. Y hoy la vamos a desmitificar, hasta tal punto que comprenderéis por qué están en la diana de muchos hombres.
Una madre soltera no es la típica mujer que no se cuida, no tiene cuidados para sí misma y pasa de cualquier sentido de la estética y del gusto. Casos habrá, y muchos. Pero las mujeres de hoy en día nos preocupamos por vestir bien, por arreglarnos y por dedicarnos también para Nosotras. Independientemente de tener un hijo o no.
Pues bien, podríamos estar hablando de cañonazos, de tiarronas con cuerpazos y bellezones de infarto. Así que ahora podemos entender por qué son uno de los blancos para muchos hombres. Y es que, según una encuesta de Meetic, ahora ellos están muy, pero que muy dispuestos a comenzar relaciones con madres solteras. Están mucho más seguros que Nosotras de empezarlas con padres solteros.
¿A qué se deberá esto? Quizás a que ellos añoran la falta de cariño, necesitan la dependencia a alguien y, sobre todo, quieren encontrar a una mujer que sea madura, profesional y que no viva por tonterías. Y de sobra conocido es el hecho de que ser madre te cambia la vida. Y si, encima, estás soltera debes hacerlo todo tú, sin ayuda alguna.
En nuestro caso es diferente… Nosotras no tenemos sus mismas necesidades. No necesitamos a nadie a nuestro lado, solo en el caso de que aparezca y de que sea Él. Pero prisa no hay. Por lo que tampoco nos importaría estar con un padre soltero, quizás nos frenaría un poco, pero no demasiado. Lo que ocurre es que preferimos disfrutar de lo que tenemos a complicarnos, en ciertos aspectos, la vida.
La diferencia está en el grado de dependencia de ambos sexos y en las necesidades sociales que se establecen.
Imagen: sonpareja.com.
Fuente: nosotras.com