Macri, de 60 años, arranca una gira de «30 ciudades en 30 días». La primera parada es en las Barrancas de Belgrano, un coqueto barrio de clase media acomodada en Buenos Aires
Buenos Aires.- El presidente Mauricio Macri apuesta a darse un baño de gente este sábado en la capital argentina, donde se lanzará de lleno en la campaña por su reelección que aparece esquiva a casi un mes de los comicios, en medio de una dura crisis económica.
Enmarcado por una recesión de más de un año y una inflación indomable, el mandatario liberal aspira a entusiasmar a los votantes para revertir el golpe de las primarias del 11 de agosto, cuando el peronista Alberto Fernández lo superó en 17 puntos y se posicionó como favorito a las presidenciales del 27 de octubre.
«Lo veo muy entusiasmado al Presidente, muy bien y animado para que se dé el milagro», dijo a radio Led el vocero presidencial, Iván Pavlovsky.
Macri, de 60 años, arranca una gira de «30 ciudades en 30 días». La primera parada es en las Barrancas de Belgrano, un coqueto barrio de clase media acomodada en Buenos Aires, su bastión histórico, donde el oficialismo espera congregar a más de 25.000 personas.
Con un despliegue de seguridad que el gobierno pretende que pase desapercibido, el presidente se mostrará junto al alcalde capitalino Horacio Rodríguez Larreta, a quien los sondeos auguran la reelección.
En la línea de partida este sábado Macri «se juega todo», porque si no logra la concurrencia esperada se termina su campaña, estimó el analista político Raúl Aragón.
Las encuestas pronostican que en las urnas se profundizará la tendencia a favor de Fernández, quien incluso podría ganar en primera vuelta, para lo cual necesita 45% de los votos u obtener al menos 40% y superar en más de 10 puntos a su escolta.
«Parte de la solución»
«Somos parte de la solución, no del problema», afirmó Macri, quien clama por «un poco más de tiempo para resolver los problemas económicos».
El presidente dice aspirar a completar las reformas del Estado y ajustar las cuentas públicas que argumenta le dejó en descalabro su antecesora peronista de centroizquierda Cristina Kirchner (2007-2015) y actual compañera de fórmula de Fernández.
En el oficialismo, atizan el temor a «un regreso al pasado» del proteccionismo kirchnerista y resaltan la decena de causas por presunta corrupción que pesan sobre la expresidenta, que ella atribuye a una persecución político-judicial.
«Es importante ir a la marcha para saber que somos muchos, que no estamos solos. Hubo mucha desazón (tras las primarias). Se podía sentir una tristeza muy grande, un volver al pasado», declaró el cineasta Juan José Campanella, premiado con un Óscar en Hollywood y puntal en la convocatoria macrista.
«Yo entiendo las críticas al Gobierno y algunas las comparto, pero volver a abrir las puertas de las celdas a gente que nos robó me parece que es un tremendo error», agregó. Pero a tal punto el pronóstico electoral es adverso que la imagen de Macri prácticamente desapareció de las campañas de otros dirigentes de su propia coalición «Juntos por el Cambio».
Deudas
Al asumir en diciembre de 2015, Macri dijo que domar la inflación en alza sería «lo más fácil de lograr», prometió «pobreza cero» y auguró «una lluvia de inversiones extranjeras».
La inflación ya acumuló 30% entre enero y agosto, tras apuntar 47,6% en 2018; las inversiones no llegaron pese al respaldo político de Estados Unidos y potencias europeas. La pobreza afecta a uno de cada tres argentinos y el desempleo llegó a su punto más alto en 14 años (10,6%).
La moneda se depreció 68% desde enero de 2018 con múltiples corridas que el banco central sofocó a costa de reservas y de llevar la tasa de referencia por encima del 80%, de las más altas del mundo.
Una corrida cambiaria en abril de 2018 llevó a Macri a acudir al Fondo Monetario Internacional, del que obtuvo un auxilio financiero por 57.000 millones de dólares a 36 meses a cambio de un estricto programa de ajuste fiscal, que colaboró con poner en jaque su aspiración reelectoralista.
AFP