Candidatos cazan votos para garantizar un triunfo en el balotaje del próximo 30 de octubre
Tras una apurada campaña llena de ataques y de una profunda polarización, en la primera vuelta electoral para elegir al próximo mandatario de una de las mayores economías de América Latina, el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, de 76 años, se impuso con el 48% de votos frente al mandatario ultraderechista, Jair Bolsonaro, con 43%.
Lula quedó lejos de una victoria holgada como preveían los sondeos y Bolsonaro sumó más puntos de los que vaticinaban las encuestas.
Los candidatos, así, tienen pocos días para sumar apoyos y conseguir la conquista presidencial. La segunda vuelta electoral se realizará el próximo 30 de octubre.
«Se trata menos de conversar entre nosotros y más con el elector», instruyó Lula tras una reunión con su equipo político el lunes en Sao Paulo. «Con aquellos que al parecer no nos quieren, no quieren nuestros partidos».
«‘Lulinha paz y amor’ está listo para conversar con todo el mundo», dijo aludiendo al mote que acuñó para si mismo.
“No perder votos”
Lula adelantó que trabajará para conformar un «bloque de demócratas» a fin de combatir a Bolsonaro en el balotaje, aunque su campaña por aunar apoyos más allá de la izquierda empezó hace meses, cuando eligió a su compañero de fórmula, el centro-derechista Geraldo Alckmin.
En el camino ha recibido además apoyos de economistas y juristas del ala considerada moderada.
Lo «primero y fundamental» para Lula es «no perder los votos que tiene», 57,2 millones en la primera vuelta, explica a la AFP Leandro Gabiati, director de la consultora Dominium.
«Hay electores que no necesariamente son de izquierda y votaron por Lula al verlo como el candidato antibolsonaro», pero «si Bolsonaro mejora el discurso eventualmente puede reducir su rechazo» y «transformar ese voto» a su favor, agrega.
Lo segundo: buscar revertir la abstención récord de 20,95%, equivalente a 32,7 millones de votos, y conquistar la mayor parte de los 8,5 millones de sufragios que sumaron la senadora Simone Tebet, tercera en el escrutinio (4%), y Ciro Gomes (3%).
Lula da Silva obtuvo el martes un apoyo a regañadientes del excandidato Ciro Gomes, cuyos votos en la primera vuelta podrían servirle de ayuda para derrotar a Bolsonaro.
«Acabamos de tener una reunión con la ejecutiva… del Partido Democrático Trabalhista, en la que tomamos una decisión por unanimidad. Grabo este video para decir que (la) apoyo», dijo Gomes.
Bolsonaro gana «apoyos clave»
El presidente brasileño también recibió el martes el apoyo de figuras clave para disputar la segunda vuelta ante Lula, incluyendo su exministro y exjuez Sergio Moro, némesis del líder izquierdista.
«Contra el proyecto de poder del PT, declaro, en la segunda vuelta, el apoyo a Bolsonaro», dijo en Twitter Moro, quien se convirtió en ícono de la lucha contra la corrupción que salpicó a Lula y a su Partido de los Trabajadores.
Moro fue elegido el domingo en las legislativas celebradas en paralelo a las presidenciales, senador por el estado de Paraná, con casi 1,9 millones de votos.
Como juez, Moro se granjeó una reputación de paladín en la lucha anticorrupción al liderar la megacausa Lava Jato, proceso que destapó una red de sobornos en la estatal Petrobras y envió a Lula a prisión en 2018.
Tras la elección de Bolsonaro, Moro asumió como su ministro de Justicia. Pero quedó en malos términos y renunció en abril de 2020, acusando al jefe de Estado de interferir en investigaciones policiales contra sus familiares.
Todo eso parece haber quedado en el pasado, por ahora. «Está todo superado. De ahora en adelante es una nueva relación… No hay cuentas que ajustar», dijo Bolsonaro.
El mandatario se reunió paralelamente en Brasilia con los gobernadores reelectos de Minas Gerais y Rio de Janeiro -segunda y tercera plaza electoral del país, respectivamente-, quienes también respaldaron su campaña a la reelección.
Bolsonaro tuvo el domingo un desempeño mejor de lo que anunciaban los sondeos y quedó en un cercano segundo lugar, con 43% de los votos, detrás de Lula, que se impuso con 48%.
Minas Gerais emuló casi con exactitud la votación nacional; en Rio de Janeiro, Bolsonaro ganó con 51%.
Analistas proyectan semanas de una campaña intensa y agresiva en un país profundamente dividido.
EU