Este antiguo obrero metalúrgico que presidió el país entre 2003 y 2010 y encabeza los sondeos para las elecciones presidenciales de octubre, fue condenado en julio pasado a 9,5 años de prisión por el juez anticorrupción Sergio Moro.
El juicio de apelación a Lula tendrá lugar el 24 de enero en Porto Alegre al sur de Brasil
Lula es acusado de haberse beneficiado de los favores de la constructora OAS en Brasil
Río de Janeiro, Brasil.- El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva se mostró combativo el martes, una semana antes de un juicio crucial para su futuro político, al denunciar ante un auditorio de intelectuales en Río de Janeiro las «mentiras» de las que dice ser víctima.
«Ya probé mi inocencia, desafío a los jueces a probar mi culpabilidad», lanzó el ícono de la izquierda brasileña en un teatro del coqueto barrio carioca de Leblon, donde fue aclamado al grito de «Olé, olé, olé ola, Lula, Lula», señaló AFP.
«La noción de golpe de Estado se ha sofisticado. Ya no se necesitan tanques, soldados, es suficiente contar mentiras que los medios reproducen como si se tratara de verdades. Unas mentiras que han anestesiado a la población», dijo tras una larga serie de discursos jalonados de intervenciones musicales y poéticas.
Este antiguo obrero metalúrgico que presidió el país entre 2003 y 2010 y encabeza los sondeos para las elecciones presidenciales de octubre, fue condenado en julio pasado a 9,5 años de prisión por el juez anticorrupción Sergio Moro.
Fue dejado en libertad a la espera del juicio de apelación, que tendrá lugar el 24 de enero en Porto Alegre (sur), tras el cual podrá ser absuelto, detenido o autorizado a hacer campaña y poder volver a ser presidente.
De todas maneras, existe la posibilidad de que se planteen nuevas instancias judiciales.
Lula, de 72 años, es acusado de haberse beneficiado de los favores de la constructora OAS, que le habría donado un apartamento tríplex a cambio de la obtención de contratos para la empresa pública petrolera Petrobras.
«La policía federal mintió en sus investigaciones, la justicia mintió en sus acusaciones y el juez Moro mintió en su condena», dijo el expresidente mientras alzaba su puño para arengar a sus seguidores.
«Cuando era niño conocí el hambre y nunca osé robar ni una manzana. ¿Cómo podría robar un apartamento?», cuestionó.
Lula estaba rodeado de intelectuales como el sociólogo Emir Sader y personalidades del mundo del arte como el humorista Gregorio Duvivier o la célebre cantante de samba Beth Carvalho, muy aplaudida al llegar al teatro en silla de ruedas.
El martes, la senadora Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), fundado por Lula en los años 80, afirmó que será necesario que «maten personas» para poder llevar a la cárcel al exmandatario.
El PT prevé enviar decenas de autobuses repletos de militantes el 24 de enero a Porto Alegre, y el alcalde de la ciudad reclamó la semana pasada el apoyo del ejército, al temer que se produzca una «invasión».
AFP