Luis Suáre regresó a Barcelona después de declarar durante cinco horas ante el TAS para intentar rebajar su sanción por morder a un rival durante un partido del Mundial de Brasil.
Vestido con una camisa de cuadros azul y rodeado de cámaras, el futbolista del Barcelona se presentó a primera hora de la mañana en la sede de la Corte Arbitral del Deporte (CAS) , en la ciudad suiza de Lausana, acompañado por su representante, Pere Guardiola.
Acto seguido, llegaron en otros coches los abogados del jugador y los contratados por la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). «Tenemos que controlar nuestro optimismo porque tenemos respeto por la corte», dijo el abogado de la AUF Daniel Cravo.
Al terminar su declaración, Suárez se montó en un vehículo que lo trasladó al aeropuerto para tomar un vuelo con destino final en Barcelona.
Suárez fue sancionado por la FIFA con cuatro meses apartado de cualquier actividad relacionada con el fútbol y con nueve partidos de suspensión con la selección uruguaya. Si la CAS no le rebaja la sanción, Suárez no podrá jugar un partido oficial ni entrenarse con sus compañeros hasta el 26 de octubre, cuando el Barcelona visita al Real Madrid.
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