Entre el histórico regreso de Yulimar Rojas y el colapso de la infraestructura nacional, el deporte venezolano despide un año de contrastes marcados por el talento individual y la crisis estructural.
El 2025 cierra para Venezuela con un panorama de claroscuros. Tras doce meses de intensa actividad, el balance deportivo oscila entre la consolidación de figuras élite y el estancamiento de las disciplinas con mayor arraigo popular. Para el periodista especializado Ángel Bracho, la realidad del sector merece una calificación de 5 o 6 puntos sobre 10; una nota modesta que, aunque supera años anteriores, evidencia una recuperación lenta y frágil.
El espejismo de las medallas y el retorno de la reina
Uno de los hitos del año fue la actuación en los Juegos Bolivarianos de Perú. Con una delegación de 529 atletas, Venezuela alcanzó su mayor cosecha de metales en las últimas cuatro ediciones. Sin embargo, Bracho advierte sobre el triunfalismo: “Estos números maquillan la realidad. Fue una delegación mayoritariamente juvenil que, ante la falta de competencias nacionales robustas, corre el riesgo de no concretar su transición hacia la madurez competitiva”.
En el plano individual, el 2025 marcó el triunfal retorno de Yulimar Rojas. Tras superar una grave lesión en el tendón de Aquiles, la «Reina del Triple Salto» reafirmó su estatus histórico. A ella se sumaron las sólidas actuaciones de Keydomar Vallenilla en pesas y la destacada recuperación de Anriquelis Rivas en el judo. No obstante, Bracho señala una brecha alarmante: para que este talento despunte, debe formarse en el extranjero, mientras naciones vecinas como Colombia siguen superando a Venezuela en inversión y reformulación técnica.
Béisbol: Pasión, mercadeo y el vacío de la Serie del Caribe
El béisbol profesional reafirmó su dominio en el mercado y el corazón del fanático, superando ampliamente al fútbol en comercialización. Pero no todo fue éxito: el año termina con el amargo sabor de la pérdida de la sede de la Serie del Caribe, trasladada a Guadalajara luego de que las delegaciones de Dominicana y Puerto Rico declinaran asistir a Venezuela por factores extradeportivos.
Además del golpe organizativo, el «deporte rey» enfrenta una amenaza silenciosa: la fuga masiva de prospectos de 15 y 16 años. Al firmar con la MLB, estos jóvenes son trasladados fuera del país, debilitando el arraigo con los equipos locales y el sentido de pertenencia en la formación inicial.
El fútbol: La «Fe» no fue suficiente
El mayor fracaso del 2025 recayó sobre el fútbol masculino. Pese al fenómeno social de la «Mano tengo fe», la selección nacional no logró siquiera acceder al cupo del repechaje mundialista. Según Bracho, este desenlace era previsible: “Se mantuvo un ciclo de trabajo que llevaba el fracaso sellado desde su inicio debido a decisiones dirigenciales controversiales”.
Infraestructura en ruinas: El caso Maracaibo
El análisis de las instalaciones deportivas revela una crisis terminal. El Complejo Polideportivo de Maracaibo, con seis décadas de antigüedad, es el reflejo del abandono estatal:
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Gimnasio Belisario Aponte: A pesar del fervor de la fanaticada del campeón Gaiteros del Zulia, el recinto carece de aire acondicionado. La inversión necesaria es inalcanzable para la empresa privada sin el auxilio del Estado.
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Estadio Pachencho Romero: Aunque se recuperó el césped, la falta de iluminación obliga a jugar bajo el inclemente sol marabino de la tarde, afectando el rendimiento físico y la asistencia.
La dependencia del Estado es el talón de Aquiles: casi ningún equipo profesional posee estadio propio, y los convenios público-privados han resultado insuficientes para sostener la alta competencia.
2026: Un año de definiciones
El próximo ciclo arrancará con dos platos fuertes: el Clásico Mundial de Béisbol y los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Para que la nota del deporte venezolano suba de escalón, Bracho asegura que no bastará con colgarse medallas.
“Necesitamos un impulso real. La clave está en rescatar las estructuras físicas y definir si el deporte es una prioridad nacional o un simple accesorio. Si el 2026 transcurre como el 2025, la nota positiva será muy escasa”, concluyó.










