Los indígenas de la etnia wampis, unos 16.000 en total, presentaron esta semana ante las Naciones Unidas su solicitud para obtener el aval como «Territorio de Vida» y poder esquivar así la supuesta «intención oculta» del Estado peruano de «expropiar» parte de su territorio ancestral para establecer una nueva área de conservación.
«Queremos que nuestro territorio sea reconocido como ‘Territorio de Vida’ (…) para evitar problemas con el Estado, que quiere imponer sus reglas dentro de nuestro territorio», declaró a Efe desde Lima Galois Flores, vicepresidente del Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampís (GTANW).
Tras un viaje de dos días por río, tierra y aire, las autoridades Wampis llegaron esta semana a la capital peruana para denunciar los presuntos actos «subrepticios» del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) para categorizar la cordillera Kampankias en la Zona Reservada Santiago-Comaina, una de las áreas naturales protegidas con mayor biodiversidad del país, ubicada en la provincia amazónica de Condorcanqui.
Aunque el Sernanp negó a Efe estar actuando de manera clandestina para expropiar esta zona, la Nación Wampis insiste en que lograr el reconocimiento de la ONU es el camino para «asegurar» su territorio y poder administrar sus propios fondos climáticos, en reconocimiento a su labor milenaria en defensa de los bosques.
«Por más de 7.000 años hemos venido cuidando nuestro territorio y se mantiene intacto. ¿Para qué queremos que alguien imponga sus reglas?», dijo Flores, ataviado con una «tawas», la típica y refinada corona Wampís, hecha de plumas de tucán y paujil.
«DESCONFIANZA TOTAL»
El problema de fondo es la «desconfianza total» de las autoridades wampís con el Estado peruano. Así lo reconoció a Efe el apu Andrés Noningo, quien tachó de «genocidio» los procesos administrativos mediante los cuales el Gobierno establece nuevas áreas naturales protegidas «para dar concesión a los mineros».