Victoria legislativa por la mínima para Trump y los republicanos, que impulsan la derogación de la reforma sanitaria, aunque el resultado final todavía es una incógnita
El senador John McCain, recientemente operado de un tumor se ha desplazado al Capitolio para votar
«No es un héroe de guerra», dijo Donald Trump durante las elecciones presidenciales sobre John McCain, el ex candidato presidencial y senador de Arizona, herido, torturado y prisionero durante años en la Guerra de Vietnam. «Prefiero a la gente a la que no capturan». Ayer, sin embargo, en los pasillos alfombrados del Capitolio de EE.UU., McCain volvió a ser un héroe en los ojos de Trump. El legislador, diagnosticado hace unos días con un tumor cerebral y en pleno tratamiento, regresó a Washington para emitir un voto clave: el que permitió a los republicanos dar un impulso a la revocación de Obamacare, la reforma sanitaria impulsada por el antecesor de Trump en la Casa Blanca.
La presencia de McCain permitió una victoria tan pírrica como necesitada para los republicanos y para Trump. El Senado votó ayer un impulso formal para reabrir las opciones y el proceso de enmiendas de la normativa que sustituirá a Obamacare. La derogación de esta reforma sanitaria ha sido una prioridad para los republicanos desde su entrada en vigor en 2010. La pelearon sin descanso durante los mandatos de Obama, fue una promesa electoral generalizada y Trump también se comprometió a acabar con ella nada más poner ganar las elecciones. Sin embargo, con un republicano en la Casa Blanca y con mayoría en las dos cámaras del Congreso, los legisladores no han sido capaces hasta ahora de ponerse de acuerdo en cómo ponerle fin, lo que ha mostrado las costuras del partido y se ha comido parte del capital político de Trump.
La votación de ayer es el último intento por asestar el golpe definitivo a Obamacare antes de que llegue el receso legislativo de agosto y se confirme que ni Trump ni sus aliados en el Congreso han sido capaces de cumplir una de sus grandes promesas. La victoria se consiguió por la mínima: la escasa mayoría republicana en el Senado -52 legisladores, frente a los 48 demócratas- no daba margen apenas para ausencias o defecciones. Además del convaleciente McCain, otros 49 republicanos votaron a favor. En contra, dos senadoras que se han opuesto con fuerza a los recortes en coberturas sanitarias que provocarán las versiones de las reformas sanitarias que hasta el momento han propuesto sus compañeros de partido: Susan Collins, de Maine; y Lisa Murkowski, de Alaska. Ante el empate de votos (50-50), decidió el voto del vicepresidente, Mike Pence, que pasó el día en el Capitolio ante la posibilidad cierta que tuviera que inclinar la balanza.
La victoria legislativa se produce después de muchas presiones de Trump en los últimos días -en privado y desde Twitter- y de esfuerzos del líder republicanos en el Congreso, Mitch McConnell, para torcer el brazo de sus compañeros. Por un lado, hay legisladores del ala más conservadora, como Rand Paul, que buscan una revocación completa de Obamacare. Por otro, senadores centristas que no quieren aprobar reformas que dejarán a decenas de millones de estadounidenses sin cobertura. McConnell consiguió sumar apoyos de unos y otros para lograr el impulso legislativo.
La votación, sin embargo, no significa que los republicanos conseguirán el objetivo último, la promesa cacareada de «derogar y sustituir» Obamacare. La victoria de ayer solo estira el chicle de esta batalla legislativa y reabre un abanico de opciones que ayer mismo el Senado empezó a tratar y en el que se ventilarán las mismas diferencias entre los republicanos que hasta ahora han impedido cualquier resultado. Una de ellas es enmendar un texto que ya aprobó la Cámara de Representantes, pero que tiene oposición de demasiados republicanos del Senado. Otra es impulsar una derogación simple de Obamacare, sin reemplazo, como ya votaron los republicanos en 2015 y que Obama vetó. También se plantea establecer una conferencia conjunta de los republicanos de la Cámara de Representantes y del Senado para llegar a un texto que tenga apoyo suficiente.
«Senador John McCain, gracias por venir a Washington para una votación vital», reaccionó Trump en Twitter. «Enhorabuena a todos los republicanos. Ahora podemos procurar una gran sanidad a todos los estadounidenses». Cuál será esa reforma y si llegará a buen puerto, sin embargo, todavía es una incógnita.
ABC.es