Desde que Peyo les dio la vida hace 55 años en las páginas de un cómic, los Pitufos han sido protagonistas de multitud de cómics, series, películas, videojuegos, espectáculos y todo tipo de juguetes para hacer las delicicias de grandes y pequeños, que no pueden evitar sentirse atraídos por su adorable embrujo. Tanto, que después de triunfar en los cines de todo el mundo en 2011, vuelven este verano a la gran pantalla como protagonistas de su segunda gran película: Los Pitufos 2, una secuela con «más profundidad psicológica y emocional», como la define su director Raja Gosnell.
Esta cinta gira en torno a la figura de Pitufina y su trauma por ser diferente a sus hermanos Pitufos, al ser creada por el brujo Gargamel (Hank Azaria), que ahora planea su secuestro con el fin de recuperar la fórmula que hace especiales a los Pitufos. Le atormenta saber que Gargamel es su «padre biológico», incluso aunque haya sido acogida por los Pitufos y que Papá Pitufo la haya criado con devoción.
La combativa Pitufina no es la de siempre, le falta su alegría habitual. Cuando se acerca su cumpleaños, siempre muestra pensativa y bastante abstraída. Pensamientos inquietantes vienen a su mente: ¿tal vez no es una Pitufa al cien por cien? Cierto es que Gargamel la creó pero Papá Pitufo echó mano de magia para convertirle en una auténtica Pitufa. El sabio Papá Pitufo ama a todos sus 100 hijos por igual pero no puede negar que la relación con su hija adoptada siempre ha sido especial. La única chica de sus 100 hijos nunca se ha sentido parte de su gran familia y ni siquiera él mismo está muy seguro cómo demostrarle que ella es una auténtica Pitufa.
El brujo Gargamel todavía tiene esencia mágica de los Pitufos y se ha convertido en un mago de fama mundial. Es increíble pero cierto, el repulsivo y asqueroso Gargamel es actualmente una superestrella mundial, admirado por incontables fans asombrados por su espectáculo de magia y encantados por su «hechizo malvado», pero… necesita más esencia mágica para convertir en auténticos Pitufos a su última gran creación: los Malotes -Vexy y Hackus-, diminutos seres gamberros de color gris a los que quiere utilizar para matar a los Pitufos. Hank Azaria, el hombre detrás del villano, se introduce nuevamente en la demente psique de este malvado hechicero y reconoce que Gargamel les odia tanto porque «son demasiado felices y ellos se quieren todos demasiado entre ellos» y él sólo tiene un «ser especial» en su vida: el gato Azrael. «Creo que es muy gracioso que mantenga una relación tan íntima con un gato que es más inteligente que él» afirma Azaria. «Azrael realmente es más inteligente que Gargamel» confirma Gosnell. «Y el gato se lo deja saber en cada oportunidad».
De Nueva York a París
Si, en la primera entrega, estas entrañables criaturas conquistaron la Gran Manzana, en Los Pitufos 2 recorren las calles de la Ciudad de la Luz para rescatar a Pitufina de manos de Gargamel y ayudarla a superar la terrible crisis existencial que atraviesa. Cuando Gargamel la secuestra en la víspera de su cumpleaños, y le presenta a sus recién creados hermanos, Pitufina comienza a formar un vínculo con ellos. ¿Será Pitufina, que siempre se ha sentido un tanto diferente de los demás Pitufos, capaz de estrechar lazos con sus «hermanos» los Malotes Vexy y Hackus? ¿O podrán convencerla los Pitufos de que el amor que sienten hacia ella es auténtico? Los aliados humanos de los Pitufos Patrick y Grace Winslow (Neil Patrick Harris y Jayma Mays) viajan con ellos a la capital gala para rescatar a Pitufina, una misión que les hará recorrer los lugares más icónicos de la urbe, desde la catedral de Notre Dame, hasta las Tullerías y, como no, la torre Eiffel.
En esta ocasión, los problemas existenciales de Patrick que ha evolucionado y superado sus problemas sobre convertirse en padre de la primera película pero, como explica Neil Patrick Harris, «en la segunda película está enfadado con su padrastro, Víctor. Tiene que darse cuenta de que es un buen padre, no es su padre de verdad pero le quiere». Sin interactuar mucho entre ellos, Patrick y Pitufina «acaban sacando su propia conclusión» de las dudas que les pasan por la cabeza por la erlación que ambos tienen con sus respectivos padres.
Papá Pitufo ya ha desplegado un audaz rescate, pero, ¿y Pitufina? ¿Dejará que Papá Pitufo la salve? ¿Escogerá la familia conocida o la que acaba de descubrir?
Fuente: http://www.hoycinema.com/