Los padres de la duquesa de Cambridge, Michael y Carole Middleton, visitaron hoy el hospital londinense de St. Mary’s para conocer a su nieto, el primer bebé de su hija Catalina y su esposo, el príncipe Guillermo.
El recién nacido, un varón que pesó 3,800 kilos, nació ayer, lunes, a las 15.24 GMT y será el tercero en la línea de sucesión al trono británico, detrás de su abuelo paterno, el príncipe Carlos de Inglaterra, y de su padre, el príncipe Guillermo, su padre.
Muy sonrientes, Carole y Michael llegaron en un taxi al ala privada de maternidad del St Mary’s, «La Lindo», poco después de las 14.00 GMT para conocer al niño, cuyo nombre se desconoce por el momento y que recibirá el tratamiento de Su Alteza Real, el Príncipe de Cambridge.
Carole, la madre de Catalina y única abuela del bebé en ausencia de la malograda Diana de Gales, acudió a ver a su hija ataviada con un vestido gris con motas blancas, mientras que su marido, Michael, vestía un traje oscuro.
Ambos posaron brevemente para la multitud de fotógrafos y cámaras que, desde hace días, custodian el hospital londinense a la espera de captar las primeras imágenes de los duques y la nueva incorporación a la familia real británica.
A su llegada, el matrimonio fue recibido por el responsable clínico, Jonathan Ramsay, que les condujo al interior del hospital.
Al tiempo que continúa esta larga espera para conocer al niño, Londres celebró hoy el nacimiento con más de cien cañonazos y el repique de las campanas de la abadía de Westminster.
Desde la Torre de Londres, la Honorable Compañía de Artillería disparó una salva de 62 cañonazos, presenciada por decenas de turistas, al tiempo que una batería de la Real Artillería Montada lanzaba otros 41 disparos desde el céntrico Green Park, vecino al Palacio de Buckingham.
Las campanas de la abadía de Westminster, donde en 2011 se casaron los duques de Cambridge, repican durante tres horas, al igual que las de otras iglesias del país que también festejan el nacimiento del que se conoce como «el bebé real»./YG
Fuente:Globovisión