“Por aquí no se puede andar ni de noche ni de día”, fue el comentario de Herminia Gutiérrez, vecina del sector Pascal del municipio Sotillo, cuando se le preguntó sobre la situación de la comunidad.
Y es que según algunos residentes de la urbanización que agrupa 15 conjuntos residenciales, la inseguridad los tiene azotados, ya que a cualquier hora del día se cometen robos y hurtos.
“Aquí los hampones andan en moto, en carro o a pie. Los malandros se montan en las matas para atracar a las personas. Les quitan los bolsos y los teléfonos a los muchachos”.
Gutiérrez, quien habita en el sector desde hace 22 años, dijo que se ha convertido en zona roja, por lo que exigió mayor protección policial.
El estudiante universitario Ricardo Aparicio denunció que lo han atracado al menos siete veces.
“Salgo de clases tarde, y todos los que caminamos por aquí de noche somos presa fácil, porque además de no haber ningún tipo de vigilancia policial, el alumbrado público brilla por su ausencia”.
Explicó que amigos de lo ajeno se ocultan en los arbustos y luego se lanzan al suelo cuando ven a alguien pasar, para despojarlo de sus pertenencias y objetos de valor.
Se ve de todo
“Hace una semana le robaron el carro a una señora que andaba con sus hijos, le dieron un cachazo, aquí no respetan a nadie, ni ven a quien le van a robar”, manifestó Ximena Muñoz, quien tiene cinco años viviendo en Terrazas del Sol.
Expresó que cuando le toca caminar por la calle Principal del sector, no lleva la cartera, pues eso llama más la atención de los “malandros”.
Los huecos sobran
Además de la inseguridad, los moradores de Pascal se quejan de las deficiencias de los servicios.
Indicaron que la calle Los Apamates está llena de huecos y pozos de agua.
“Hace mucho tiempo que no asfaltan por aquí, como no es una vía principal no la toman en cuenta”, dijo Muñoz.
Asegura que ya ni se acuerda de cuándo fue la última vez que repararon la vialidad en las inmediaciones del colegio Nuestra Señora de Lourdes.
Gustavo Peña, habitante de Isla Borracha, refirió que en horas nocturnas el tránsito se torna difícil por las calles internas de la comunidad, ya que carecen de iluminación.
“Es fácil que los carros caigan en los huecos porque no se ve nada, eso nos expone aún más al hampa”.
Problemas con la basura
Otro problema que aqueja a los habitantes de estos edificios es la falla en la recolección de los desechos sólidos.
Aseguraron que es común que los camiones del aseo urbano tarden hasta una semana en pasar por el lugar, mientras permanecen montones de bolsas repletas de basura por las calles.
“Los desperdicios se mezclan con la maleza por todas partes, hay personas que incluso lanzan cosas viejas a la laguna”, refirió Josefina Frías, quien vive en residencias Caribe.
4 veces ha sido atracado el estudiante universitario Víctor Palencia. “La primera vez me robaron el celular, las tres veces siguientes me quitaron todo el dinero que cargaba encima. Para mí fue muy difícil porque vivo alquilado aquí, mis papás están en Anaco, y a veces me toca pedir prestado para comprar comida, o cosas para la carrera”, dijo el cursante de Derecho.
No hay
Habitantes del sector Pascal manifestaron que no hay funcionarios policiales que hagan recorridos por la comunidad. “Esto es territorio de nadie, las únicas veces que viene la Guardia Nacional Bolivariana es para controlar las ventas en el Gran Abasto Bicentenario”, Dijo Ximena Muñoz, residente de Terrazas del Sol.
Fuente: El Tiempo