Para los familiares de los protagonistas de esta hazaña del balompié nacional, el desempeño de los jugadores ha significado el orgullo más grande.
«Me senté a llorar por una hora, confiaba que mi hijo iba a parar el penal pero aun no me creo que seamos finalistas de un Mundial», con estas palabras Luis Faríñez, padre del mejor guardameta de la Copa Mundial, Wuilker Faríñez, expresó su emoción tras la victoria de Venezuela ayer contra la selección de Uruguay, en Corea del Sur.
La Vinotinto logró ayer el penúltimo paso para alcanzar una meta que inició como un sueño dentro del cuerpo técnico nacional: levantar el trofeo como campeón del mundo.
Para los familiares de los protagonistas de esta hazaña del balompié nacional, el desempeño de los jugadores ha significado el orgullo más grande.
Es el caso del padre de Faríñez. «Estoy contento por mi hijo y todo el grupo. Wuilker me ha enseñado que los sueños si se hacen realidad si los proyectas con el corazón. Me siento orgulloso de ellos», expresó.
Para la final del domingo, la familia Faríñez ya tiene el plan armado: reunirse todos en casa del jugador en Nuevo Horizonte, Catia. El papá se encerrará en el cuarto para concentrarse en el partido de su hijo.
El juego que definirá al campeón de la justa se disputará a las 6:00 am, hora de Venezuela.
«Nos reunimos sus abuelos y sus primos en la sala para ver el juego. Yo nunca duermo la noche anterior y me gusta verlo solo en mi habitación, me gusta concentrarme mucho en cada una de sus apariciones. Todo el barrio estará pendiente para ver el partido», acotó.
«Siempre confío en él, sabía que iba a parar ese penal. Cuando lo hizo solo grité: ¡ese es mi hijo! y lloré encerrado como por una hora lleno de orgullo», sentenció Faríñez.
Por su parte, Yessika Herrera, tía del capitán Yangel Herrera, ha tenido que cambiar sus horas de sueño para estar atenta a cada actuación de su sobrino, un «sacrificio» que hace con todo el gusto.
«Estamos preparados para ver el juego el domingo, nos reuniremos en casa de una de sus tías. Madrugaremos para verlos ser campeones», comentó Yessika.
La familia de Yangel Herrera ha visto como su vida ha cambiado en menos de un año. Tras un gran Suramericano, firmó con el Manchester City, se mudó a Nueva York y ahora puede ser campeón del mundo.
«Él (Yangel) es una alegría para toda la familia. Venezuela necesita de estas alegrías, debido a la situación por la que atraviesa y el fútbol ha sido el mejor escape. El esfuerzo que ellos han mostrado seguramente dará sus frutos», comentó.
Otro familiar que ha seguido de cerca, pese los miles de kilómetros entre Venezuela y Corea del Sur, es José Mejías, papá de Josua Mejías.
«Ellos son hoy los hijos de toda Venezuela. Cada vez que juegan el país se detiene para verlos y nosotros no dormimos esperando siempre que ellos sean felices», comentó Mejías.
El domingo será un día especial para cada familia de los integrantes de la Vinotinto Sub20. No solo de los jugadores sino también de los entrenadores, preparadores, médicos, fotógrafo, delegado, equipo de prensa y cada persona que hace vida dentro de la selección nacional, que escribe una página gloriosa para el fútbol criollo en tierras asiáticas.
«Todos están conscientes que el país necesita alegrías tan maravillosas como estas que se están produciendo en el Mundial. Ellos solo quieren ser una vía de escape para la realidad del país. Los chamos están sacando a Venezuela adelante», concluyó Mejías.
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Por Confirmado: MariGonz
