A un mes del cierre de la embajada y los consulados de Venezuela en Ecuador, los problemas para la comunidad venezolana en el país andino continúan sin resolverse.
Ha transcurrido un mes desde que el gobierno venezolano cerró su embajada y sus consulados en Quito y Guayaquil tras la ruptura de relaciones con Ecuador y los efectos comienzan a hacerse sentir.
“El venezolano tendría que trasladarse a los consulados más cercanos. Los consulados más cercanos se encuentran entre Perú y Colombia. Perú exige visa a los venezolanos. Por ende, no sería una opción”, explica Betzabeth Jaramillo, presidenta de la Fundación Yo te Apoyo.
Según un informe reciente de la Fundación Yo te Apoyo, organización dedicada a trabajar con migrantes, el impacto es amplio y profundiza la vulnerabilidad de una población ya afectada por desafíos migratorios y económicos significativos.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó a medidos de abril el cierre de la legación diplomática y su consulados en tierra ecuatoriana después de que fuerzas policiales irrumpieron por la fuerza en la embajada de México en Quito y detuvieron al exvicepresidente Jorge Glas, acusado por corrupción.
La decisión de Venezuela vino tras el rompimiento de relaciones diplomáticas de México con el gobierno de Daniel Noboa.
Jaramillo señaló que la comunidad venezolana en Ecuador está compuesta por unas 475.000 personas, y se estima que entre un 10 y un 30% de esa cifra podría verse inicialmente afectado por la decisión del gobierno de Maduro.
La fundación dirigida por Jaramillo ha hecho una “radiografía” de 10 grupos afectados por la medida gubernamental de Caracas y en ella indica que entre las afectaciones aparecen la caducidad de los documentos, interrupción de las citas consulares y hasta menores afectados debido a que la retención de sus documentos impide su “inscripción escolar y el acceso a servicios de salud”.
Para los venezolanos, la situación se vuelve aún más complicada debido a la falta de empleo o los bajos salarios, lo que hace que el trasladarse hasta Colombia resulte costoso.
A los inconvenientes anteriores se suma el de la seguridad. Leonela Rodríguez, una joven migrante, relató un incidente en el que fue asaltada y perdió documentos importantes, dejándola vulnerable.
Con información de Voz de América (VOA)/ Sumarium