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Los Bridgerton regresan fastuosos y con una obsesión: superarse a sí mismos

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Los Bridgerton regresan fastuosos y con una obsesión: superarse a sí mismos

Tras convertirse en una de las ficciones más exitosas en la historia de la plataforma Netflix, el clan de los Bridgerton regresa este viernes dispuesto a dejar atrás la historia de Daphne y el Duque y a seguir avanzando por un universo cada vez más fastuoso e intenso, que busca superarse a sí mismo y consolidar la serie para sus sucesivas entregas.

La responsabilidad de superar el poder magnético del Duque de Hastings (a quien da vida el británico-zimbabuense Regé-Jean Page), que no aparece en la serie, recae ahora en el primogénito de la familia, el vizconde Anthony Bridgerton (interpretado por el actor británico Jonathan Bailey), y en su decisión de encontrar a la esposa perfecta en esta temporada.

«Cada persona que entra en la serie, incluido Regé, enriquece este mundo y es un universo que siempre se está expandiendo, así que espero que los fanáticos también estén muy emocionados de ver lo que viene», cuenta a Efe el actor Jonathan Bailey, protagonista de la trama principal.

En una breve conversación, en la que está acompañado de dos de las nuevas caras de la serie – las actrices británicas de ascendencia india Simone Ashley y Charithra Chandran- Bailey explica que hay que «empezar a entender» que en este proyecto una de las principales claves es que hay muchos «personajes que entran y salen», dispuestos a contar que hay «muchas formas distintas de enamorarse».

Al menos una por cada hermano Bridgerton, protagonistas de las novelas superventas creadas por Julia Quinn que Netflix comenzó a adaptar con la historia de amor entre la mayor de las féminas (interpretada por Phoebe Dynevor) y el cotizado Duque de Hastings. Estrenada en diciembre de 2020, la serie rompió todos los récords de la plataforma.

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Esta particular versión exagerada y pomposa de las novelas ambientadas en el mundo competitivo de la alta sociedad de Londres durante la Regencia (siglo XIX) -creada por Chris Van Dusen y producida por Shonda Rhimes-, acumuló en sus 28 primeros días en Netflix más de 625 millones de horas visualizadas y se convirtió en la producción de habla inglesa más vista en la historia de la plataforma.

Un mes más tarde se anunciaba que la serie tendría una segunda temporada (ya hay también confirmadas una tercera y una cuarta) y poco después se conocía, con el disgusto de millones de fans, que Regé-Jean Page no estaría en ella. Phoebe Dynevor sí aparece en esta entrega, pero en un papel muy secundario.

La trama central de la serie transcurre durante una nueva temporada de presentación de debutantes en la que Lord Anthony, consciente de la responsabilidad que tiene por ser el primogénito, decide que debe casarse y buscar a la mujer que reúna toda las cualidades para convertirse en la vizcondesa de Bridgerton.

La búsqueda de Anthony de una debutante que cumpla con sus estándares imposibles parece infructuosa hasta que Kate Sharma (Simone Ashley) y su hermana menor Edwina Sharma (Charithra Chandran) llegan de la India con propósitos similares. Surgirá entonces un triángulo de amor que zarandeará al vizconde, quien se debatirá entre lo conveniente a ojos de la sociedad y el amor verdadero.

«Es muy emocionante estar en la serie, aunque obviamente puede ser realmente abrumador entrar en un proyecto tan exitoso. Te sientes como el niño nuevo en la escuela, pero tuvimos la suerte de venir como una unidad, como el paquete de hermanas», cuenta a Efe Chandran.

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En opinión de Ashley, el orgullo es doble además por «ser parte de este increíble espectáculo que representa a muchas personas diferentes», explica a Efe, aludiendo a una de las características más notables de la serie, la variedad racial y la igualdad plena.

Junto a este trío amoroso seguirán transcurriendo otras historias, con la rebelde Eloise Bridgerton (Claudia Jessie) dando mucho que hablar, con la (ya no tan misteriosa) Lady Whistledown -narradora de la serie en la voz de Julie Andrews- revelando secretos y moviendo hilos con sus folletines semanales y con las Featherington inventando nuevas tretas para no caer.

Y, envolviendo todo, está la majestuosidad de la corte encabezada por la reina Charlotte (Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, interpretada por Golda Rosheuvel), su elección del «diamante de la temporada» y los fastuosos bailes de la época, que serán más pomposos y ceremoniales si cabe.

«Cada vez que hay un baile, es siempre el más grande y deslumbrante que hayamos visto (…) Estamos siempre intentando superarnos. Esta temporada hemos creado unos espacios absolutamente mágicos para las escenas de baile», apunta el diseñador de producción de la serie, Will Hughes-Jones, en una entrevista facilitada por Netflix.

Todo ello, reconoce, tiene que ver con que el éxito de la primera temporada creó una especie de «síndrome del segundo álbum», que es «cuando has hecho tu mejor trabajo y luego tienes que hacerlo aún mejor», y por ello el superarse ha sido la obsesión en todo momento, que se ha reflejado desde la primera flor hasta el último tocado.

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