La oposición venezolana volverá este viernes a las calles para protestar contra el presidente Nicolás Maduro, pero esta vez serán los ‘abuelos’ los que encabezarán la marcha, un desafío para antimotines y manifestantes encapuchados, que han protagonizado violentos choques en seis semanas de movilizaciones.
«Por nuestros nietos», reza el lema con el que la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó a los jubilados a marchar hacia la sede de la Defensoría del Pueblo, a la que acusan de servir al Gobierno.
Sin embargo, hasta ahora las fuerzas de seguridad no han dejado que los opositores lleguen al centro de Caracas, donde están el palacio presidencial de Miraflores y los poderes públicos, desatándose batallas campales con los manifestantes en el este y el oeste de la ciudad.
En choques cada vez más frontales, los antimotines lanzan bombas lacrimógenas y chorros de agua a presión, a los que jóvenes manifestantes, encapuchados y con escudos de madera y metal, responden con piedras, cócteles molotov, bombas de pintura y hasta de excrementos.
«Ya es hora de estar al frente con los muchachos que han puesto su pecho como escudo. A paso lento pero seguro hacia la Defensoría», declaró el diputado Arnoldo Benítez, presidente de una comisión del Parlamento, único poder controlado por la oposición.
Desde que estallaron las protestas el 1 de abril para exigir la salida de Maduro del poder, los disturbios han dejado 38 muertos, y centenares de heridos y detenidos en todo el país.
– «Ya hemos vivido suficiente» –
Mujeres, estudiantes universitarios y artistas han marchado también estas semanas en rechazo a una Asamblea Nacional Constituyente que convocó Maduro el 1 de mayo.
Emilio Lozada, presidente de la Federación de Pensionados y Jubilados de Venezuela, aseguró que la marcha será por los nietos, «contra la represión y la Constituyente».
«A esos policías que pueden ser nuestros hijos o nietos les pedimos que no actúen en contra de nosotros porque ya hemos vivido suficiente y nuestra vida se puede quedar en el camino, pero lograremos el objetivo», advirtió Benítez.
El jueves, vestidas de negro y con flores, unas 1.000 personas marcharon tras la muerte de Miguel Castillo, de 27 años, que la víspera recibió un disparo en una manifestación.
En la noche del jueves, Maduro aseguró que esa muerte está siendo investigada y acusó a la oposición de declarar una «insurgencia armada» que ha dejado muchas víctimas.
«Nada ni nadie nos va a detener, lograremos neutralizar esta emboscada. Venezuela exige que cese la ‘guarimba’ (protesta violenta), el llamado al golpe de Estado», advirtió el presidente socialista.
Según Maduro, para «lograr la paz» y «derrotar a los violentos» impulsa una Constituyente «popular», que la oposición considera un «fraude constitucional» para evadir elecciones y afianzarse en el poder.
El Gobierno acusa a Estados Unidos de financiar y dar «apoyo logístico» a los «grupos violentos» de la oposición, y afirma que la violencia «vandálica y extrema» también se debe a decisiones «intervencionistas» de la Organización de Estados Americanos (OEA).
– Protesta motorizada –
Analistas como Benigno Alarcón y Luis Vicente León estiman que una Constituyente agrava la crisis, y ven difícil que las protestas se desactiven completamente por el malestar popular ante la grave crisis económica.
Según encuestas privadas, siete de cada diez venezolanos rechaza la gestión de Maduro -que termina en enero de 2019-, agobiados por la severa escasez de alimentos y medicinas, y la inflación más alta del mundo.
Como reflejo de la crisis, la mortalidad infantil aumentó un 30,12% en 2016 y la materna en un 65%, mientras repuntan enfermedades como la malaria, según cifras oficiales divulgadas esta semana. Tras conocerse estos datos, la ministra venezolana de Salud, Antonieta Caporales, fue separada del cargo.
La oposición mantiene repleta su agenda de protestas y convocó para el sábado a los vehículos de todo el país. «En carro, lancha, tractor, autobús, caballo, moto, bicicleta, camioneta y a pie gritaremos en una sola voz: Venezuela en rebelión», anunció.
Desde Caracas, el recorrido trazado cubrirá unos 200 km hasta el Campo de Carabobo, un emblemático paseo construido en el lugar en el que se libró la batalla definitiva de la guerra de la independencia venezolana.
AFP
Por Confirmado: Gabriella Garcés