Si el talle de tu corpiño pasa los 100, decinos si coincidís con este listadito y cuánto “padecés” estas molestias. Y si alguna vez miraste con un poquito de “sana” envidia a las mujeres voluptuosas, conocé algunos de los inconvenientes que deben enfrentar en su vida diaria.
1 – Necesitamos un «babero» para que no las miguitas del pan no nos lleguen al escote. E incluso suele ser incómodo cuando nos sentamos muy cerca de la mesa.
2 – Es difícil encontrar un corpiño que nos quede realmente bien. Vemos que en los talles más chicos hay variedad de estilos, estampas y colores, pero cuando nos muestran lo que hay para nosotras, la mayoría de las veces no suele ser muy atractivo.
3 – Y el push up suele generar un «efecto visual» excesivo o, incluso, resultar doloroso.
4 – Bajar escaleras puede resultar un desafío. Si vamos rápido y con cierto envión, el rebote siempre es incómodo…
5 – Tanto como una corrida veloz para alcanzar el colectivo. Aun más si hay personas esperando en la parada.
6 – En el gym, hay ejercicios para los que los profesores suelen advertir, en forma graciosa, que nos «auto-abracemos» para evitar dolores.
7 – Usar una bikini en triangulito puede llegar a ser riesgoso (sobre todo, cuando nos tiramos de golpe a la pileta o nos sorprende una ola en el mar).
8 – Dormir boca abajo definitivamente no es nuestra posición preferida en la cama.
9 – Los dolores de espalda resultan bastante frecuentes. Tanto, que muchas eligen reducir su busto y parece que hacen bien: la ciencia confirmó que tener pechos chicos genera mayor felicidad.
¿Existe un escote ideal? ¿Qué opinás?
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