El Gobierno británico ha comenzado a consultar con empresas y sindicatos su plan para desescalar las medidas contra el COVID-19 y reactivar la economía, una hoja de ruta que el primer ministro, Boris Johnson, prevé dar a conocer la semana entrante.
A pesar de que este domingo la cifra de fallecidos diarios por COVID-19 descendió a 315, la más baja comunicada desde finales de marzo, el Ejecutivo recalcó que todavía no se cumplen las condiciones necesarias para comenzar a retirar medidas de manera inmediata.
En total, 28.446 personas han muerto por el coronavirus en el Reino Unido desde que comenzó la pandemia, lo que sitúa al país como el tercero más castigado del mundo, por detrás de Estados Unidos e Italia, si bien los criterios de conteo difieren según los Estados.
NUEVA NORMALIDAD
Incluso cuando se aplique el plan de desescalada de las medidas de aislamiento social, la vida en el Reino Unido no volverá a ser como en febrero, antes de que se detectara la propagación del SARS-CoV-2, advirtió el ministro de Transporte, Grant Shapps.
El ministro admitió que está estudiando «de manera activa» la posibilidad de pedir a todas las personas que viajen al Reino Unido que se mantengan en cuarentena durante los primeros 14 días, una regla que ya han anunciado países como Francia.
También se contempla organizar turnos de trabajo escalonados, para descongestionar el transporte público, y programas para fomentar el uso de la bicicleta para desplazarse al lugar de trabajo.
Sapps, por otra parte, descartó que se vaya a medir la temperatura a los viajeros, como habían sugerido algunos medios británicos en los últimos días.
Según el diario «The Telegraph», el Gobierno estudia que las escuelas de primaria retomen las clases a principios de junio, y avanza que Boris Johnson planea dar a conocer sus planes en un discurso a la nación el próximo domingo.
LOS BRITÁNICOS MANTIENEN LA CAUTELA
Empresarios y algunos miembros del Partido Conservador han presionado en los últimos días a Johnson para que comience cuanto antes a levantar las medidas de confinamiento para a incentivar la actividad económica.
Sin embargo, tan solo uno de cada cinco británicos cree que ha llegado el momento de rebajar el distanciamiento social, según una encuesta publicada hoy por «The Observer».
Solo el 17 % cree que deben reabrirse ya las escuelas, y el 11 % considera que deben volver a funcionar bares y restaurantes.
El ministro del Gabinete, Michael Gove, recalcó en una rueda de prensa que el Gobierno todavía no considera que se cumplan las condiciones para dar luz verde al desconfinamiento.
Antes de dar ese paso, apuntó, deben continuar bajando las muertes y los contagios, y deben estar a punto medidas para evitar una segunda oleada que amenace con volver a poner en jaque al sistema sanitario.
Una de las herramientas que espera tener lista el Ejecutivo en las próximas semanas es una aplicación móvil que advertirá a los usuarios si han estado en contacto cercano con una persona infectada, un software que comenzará a probarse esta semana en la isla de Wight (sur de Inglaterra).
PLANES PARA LA EVENTUAL MUERTE DEL PRIMER MINISTRO
En su primera entrevista tras recuperarse del COVID-19, Johson reveló al tabloide «The Sun On Sunday» que la gravedad de su condición llevó al Gobierno a hacer planes para su eventual muerte.
«Fue un momento muy duro, no lo voy a negar. Tenían una estrategia para lidiar con un escenario del tipo muerte de Stalin», afirmó el jefe de Gobierno.
Johnson, de 55 años, estuvo tres días ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital St Thomas de Londres, donde los médicos le administraron «litros y litros de oxígeno», explicó.
Aseguró que en los primeros momentos no reconocía la gravedad de su estado y se negaba ir al hospital: «No me parecía un buen movimiento, pero fueron bastante inflexibles. Mirando atrás, hicieron lo correcto obligándome a ir», sostuvo.
EFE