¿Curar el sida? Al menos en el laboratorio ya se ha hecho algo similar. Un equipo de investigadores de la Universidad Temple (EE.UU.) ha logrado eliminar el VIH en células cultivadas. Y, aunque de momento es sólo la ‘prueba de concepto’, los resultados abren el camino para erradicar el sida en el futuro. El estudio se presenta en la 20 Conferencia Internacional del Sida que se celebra en Melbourne (Australia) y han sido publicado en la revista «The Proceedings of the National Academy of Sciences»
El virus del VIH-1 ha demostrado ser tenaz y capaz de insertar su genoma de forma permanente en el ADN de sus víctimas, lo que obliga a los pacientes a tomar un régimen de medicamentos durante toda su vida para controlar el virus y prevenir la infección. Pero ahora, los investigadores han logrado diseñar una forma de cortar la integración de los genes del de VIH-1. «Es un paso importante en el camino hacia una cura permanente para el sida», afirma Kamel Khalili, coordinador del trabajo. Su equipo ha logrado eliminar por vez primera el virus latente en células humanas. «Es un hallazgo emocionante, y aunque aún no está listo para llegar a los pacientes, es una prueba de concepto de que nos estamos moviendo en la dirección correcta», añade.
Este trabajo, señala José Alcamó, del Instituto de Salud Carlos III, forma forma parte de las «nuevas estrategias de erradicacción del VIH que se están investigando». Alcamí explica que son un «nuevo concepto de terapia génica», como la del investigador español Pablo Tebas, que emplea tecnología de «dedos de zinc», una especie de tijeras moleculares desarrolladas, que cortan el trozo de gen necesario para imitar la mutación de CCR5 -delta-32, una rara mutación que proporciona una resistencia natural al virus, pero en sólo 1% de la población general, y que ponen a «nuestro alcance a los virus latentes, inacesibles hasta ahora».
Tijeras enzimáticas
Para alcanzar este logro los investigadores han diseñado herramientas moleculares capaces de eliminar el ADN proviral del VIH-1 –el ADN proviral es un fragmento de ADN que el virus ha transformado a partir de su ARN y lo ha incorporado al ADN de la célula infectada; en un momento dado este ADN proviral es activado y empleando los mecanismos de la célula, produce nuevos virus-.
Las complejas «tijeras enzimáticas» desarrolladas por los científicos de la Universidad de Temple -una combinación de una enzima ‘cortadora’ de ADN denominada nucleasa y ‘hebra de focalización’ de ARN llamada ARN-guía (gARN), capturan el genoma viral y logran escindir el ADN del VIH-1. A partir de ahí, es la propia maquinaria de reparación de genes de la célula la que culmina este mecanismos de «limpieza» al «soldar» los extremos sueltos del genoma. Como resultado de todo este complejo proceso las células se ven libres del virus, explica el experto.
El mayor problema para curar el sida de una persona es que, a pesar de los tratamientos son muy efectivas en controlar el virus, éste no se ‘borra’ nunca del sistema inmune. Y, señala Khalili, para «curar el sida es preciso la eliminación del virus». La investigación muestra además que estas herramientas moleculares también son prometedora como vacuna terapéutica; las células armadas con la combinación nucleasa de ARN resultaron inmunes a la infección por el VIH. Pero Alcamí, que reconoce el valor de esta estrategia, objeta que el estudio se ha hecho en células de laboratorio específicas. «Lo importante es hacerlo en linfocitos de pacientes infectados, lo que es mucho más complejo».
Cualquier aproximación que pueda erradicar el VIH será bien recibida por la comunidad científica, sobre todo después del últimos jarro de agua fría sobre la erradicación del VIH (la niña que hace dos años se presentó como el primer caso de curación del virus que causa el sida había recaído en la infección). No hay que olvidar que más de 33 millones de personas viven con el VIH en el mundo, y aunque la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) ha controlado el virus, el VIH puede ‘reactivarse’ con cualquier interrupción en el tratamiento. Incluso cuando la replicación del VIH está bien controlada, la persistente presencia del virus en el organismo –reservorios virales- tiene consecuencias para la salud. «El bajo nivel de replicación del VIH hace que los pacientes sean más propensos a sufrir de enfermedades asociadas con el envejecimiento», afirma Khalili. Entre éstas, miocardiopatías – un debilitamiento del músculo del corazón-, osteoporosis, enfermedad renal y trastornos neurocognitivos. «Además, estas complicaciones se agravan por la toxicidad de los tratamientos que se deben tomar para controlar el virus», añade.
Efectos colaterales
Su complejo método actúa como un mecanismo de defensa bacteriano para proteger frente a la infección que ha demostrado no interferir con las secuencias de codificantes de ADN humano, evitando así los efectos de daño del ADN celular. Este es un punto muy importante reconoce Alcamí, porque la «técnica parece tener muy pocos efectos colaterales -‘off-target’-, aunque alguno parece tener». La estrategia tuvo éxito en distintos tipos de células que pueden albergar el VIH-1, incluyendo la microglía y los macrófagos, así como en los linfocitos T. «Las células T y las células de monocitos son los principales tipos de células infectadas por el VIH-1, por lo que son los objetivos más importantes de esta tecnología», dice Khalili.
La erradicación del VIH se enfrenta a varios retos importantes antes de que la técnica está lista para los pacientes, dice Khalili. Tenemos, afirma, que diseñar un sistema para liberar el agente terapéutico únicamente en cada célula. Por último, ya que el VIH es propenso a las mutaciones, la terapia tiene que ser individualizada para las secuencias virales únicas de cada paciente. «Estamos trabajando en una serie de estrategias antes de probar la estrategia en estudios preclínicos», dijo Khalili. El experto afirma que «queremos erradicar cada copia del VIH; es decir, curar el sida, y el momento de hacerlo es AHORA», señala.
Precisamente de curar el sida se habla en la Conferencia Internacional del SIDA 2014 que se celebra en Melbourne. En este sentido, Françoise Barré-Sinoussi, Presidenta de la Sociedad Internacional de Sida, señaló ayer que gracias a los programas de VIH se ha comenzado a reducir la propagación del VIH. Según el nuevo informe de ONUSIDA, «casi 14 millones de personas que viven con el VIH en países de bajos y medianos ingresos están siendo tratados. Se han salvado millones de vidas, pero no es suficiente y todavía tenemos mucho que hacer».
ABC