¿Le resulta imposible resistirse a una torta de chocolate? ¿y a un batido hipercalórico? Si tiene exceso de peso, seguro que ha soñado más de una vez en tener una fórmula que le permita paladear sus alimentos favoritos sin sumar calorías.
Para ello, la industria de tecnología sanitaria ha desarrollado un sistema a prueba de arrepentimientos, el método Aspire o bypass externo, algo así como un tapón que, colocado en el estómago, permite vaciar parte de su contenido para que los nutrientes, calorías y grasas de los alimentos no sean absorbidos.
La FDA, la agencia del medicamento de Estados Unidos, acaba de aprobar este procedimiento.
Para colocar este bypass externo (Aspire Assist) no se necesita cirugía. Es un pequeño tubo de silicona que se coloca mediante endoscopia en el estómago. Este tubo se conecta con el exterior a través de un puerto de acceso que se sitúa en el abdomen.
Desde este punto, de un tamaño de 2cms, el paciente puede llevar a cabo el vaciado controlado de alrededor de un 30% de los alimentoscontenidos en el estómago. Los restos van a una bolsa que se puede vaciar en el inodoro después de cada comida.
Mecanismo de seguridad
El dispositivo está diseñado para extraer solo un 30% de los alimentos ingeridos. Así se garantiza que el organismo reciba el alimento necesario para la actividad diaria.
Incorpora un contador que actúa como mecanismo de seguridad, limitando el número de aspiraciones que puede hacer el paciente. Aproximadamente cada cinco semanas, el paciente debe ir a revisión para que el equipo médico realice un control de su evolución y se pueda poner en marcha de nuevo el contador.
Aunque no basta con abrir y vaciar. Este procedimiento, como la cirugía de la obesidad, solo puede entenderse como una ayuda más para las personas que son incapaces de adelgazar.
El bypass externo también requiere un programa de control y seguimiento médico que tiene como objetivo el cambio de hábitos alimenticios y de estilo de vida, siendo el dispositivo de aspiración la herramienta de ayuda para el paciente.
Se plantea como un tratamiento de larga duración de hasta cinco años o hasta que el paciente consiga los resultados de pérdida de peso y haya interiorizado el cambio de hábitos necesario para el mantenimiento de un peso saludable.
ABC