“Los alimentos o bebidas donde el azúcar ha sido sustituido por edulcorantes bajos o sin calorías pueden ayudar a mantener un peso saludable y también a reducirlo, siempre y cuando quien los consume tenga una estilo de vida saludable, realice alguna actividad física, y lo más importante, no tome un exceso de calorías como compensación a estos alimentos”, afirma la Dra. Pilar Riobó, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, y autora del estudio “Edulcorantes bajos o sin calorías: mitos y realidades”, que acaba de ser publicado en la revista Nutrición Hospitalaria. Este nuevo texto viene a revisar de forma sistemática los estudios hechos al respecto en los últimos años.
Según la evidencia científica, se estima que para que una persona pueda prevenir el aumento de peso, debe reducir 100 kilocalorías de su ingesta diaria. “Este tipo de edulcorantes son una buena herramienta para conseguir esta meta, pero tenemos que tener claro que son útiles siempre y cuando quienes las consumen no ingieran calorías adicionales como compensación”, subraya la Dra. Riobó. La experta habla de compensación refiriéndose a la vía libre que algunas veces damos a todo tipo de alimentos cuando sabemos que hemos tomado comida con edulcorantes hipocalóricos o sin calorías antes.
¿Tiene algo que ver el consumo de edulcorantes bajos o sin calorías en la aparición de enfermedades no transmisibles? Según el artículo “Edulcorantes bajos o sin calorías: mitos y realidades”, no. La Dra. Riobó afirma: “La evidencia científica demuestra que este tipo de edulcorantes que ahora mismo hay en el mercado son seguros y no existe relación epidemiológica con la aparición de enfermedades no transmisibles. Los edulcorantes bajos o sin calorías se llevan utilizando de forma segura desde hace más de un siglo y están sujetos a estrictos controles”.
Fuente: Cosmopolitan