Raros son los hombres que no disfrutan del sexo, así que de vez en cuando deberíamos poner sus usos y costumbres a nuestro favor, y ver la intimidad desde su perspectiva ¿por qué no? Seguro nos vamos a divertir. Ah y si acaso eres de las que crees que ellos no tienen nada que enseñarnos, pues resulta que encontramos #Veintitantos tips, ¡róbaselos!
Aprendamos más
Lista a cualquier hora. No tienes porque estar perfecta ni impecable. Aprende a sentirte sexy sin maquillaje, despeinada, y a aceptar tu cuerpo tal cual es.
Excítate a la menor provocación. Para descubrir tu naturaleza sexual, utiliza un espejo mientras pruebas diferentes maneras de autoestimularte. Te formaras una idea más clara de tu anatomía sexual, y descubrirás maneras más eficaces de excitarte.
Practica… con él o contigo. Puede parecernos un exceso o políticamente incorrecto pero estudios han demostrado que los hombres con pareja se masturban más. El hecho tiene una explicación fácil: con las relaciones sexuales sube su producción de testosterona, razón por la que se excitan con mayor facilidad; como puedes ver es un círculo vicioso ¿le entras?
No pienses, concéntrate en tus sensaciones. Tienes 5 sentidos y a través de él puedes captar toda la magia, la energía o fuerza que puede crearse durante el sexo, no te la pierdas pensando en tu trabajo, en tus prejuicios, o en las decenas de ideas que te pueden cruzar por la mente. A él no le importa el mundo, está ahí disfrutando ¡pues haz lo mismo!
Sin complejos. Míralo de este modo están tan cerca que no se darán cuenta de esa cicatriz que te choca y están tan excitados que su mente no los deja distraerse con asuntos que no sean placer y más placer.
Piensa en sexo. Fantasear nos permite explayarnos, ¿qué tanto dejas volar tu imaginación? No sólo se trata de recrear fantasías con alguien más, piensa en sexo de una manera más global y permanente.
Observa a los hombres, reales o de revista. Atiza tu lujuria con el material que encuentres a tu paso, no importa la calidad sino la cantidad (jejejeje) total por pensar no te van a juzgar, no le tengas miedo a tu mente. Las fantasías son seguras porque son privadas y ficticias.
Orgasmo a como de lugar. ¡Sin palabras!
Toca sin pena. ¿Tienes ganas pero no tienes galán? Ellos lo hacen, sin pudor se tocan acá y allá si se les antoja.
Les encanta su sexo… se lo observan, le ponen nombre, hablan con él, lo complacen… ¿y tú? Si eres de las que evitan incluso en pensar que tiene vagina ¡tache! Concentrarte en tu vagina como centro de placer la haces más sensible a los estímulos, excelente ¿no te parece?
¿Defectos? ¿Dónde? Su autoestima, en comparación con la de las mujeres, está por las nubes. Si se trata de sexo siempre creen que son los mejores y que podrá haber mil más guapos por ahí pero mejores en la cama ¡ninguno!
Pierde la cabeza… sólo por sexo. Si suelen tener resbalones sólo por sexo, tú porqué no, no esperes a que llegue el príncipe azul ni el hombre de tu vida; puedes contar una noche loca (con condón, por favor), una aventura pasajera o un pecado sexual sólo por el antojo y todas las endorfinas que significa el sexo sólo por el sexo.
Directo al grano. Los arrumacos, apapachos y demás demostraciones románticas no le son indispensables para tener buen sexo ¡aprendamos! Si bien el ritmo sexual de las mujeres es más lento que los hombres, una barrera más importante para llegar al orgasmo es que compramos la idea que llegar al clímax es complicado y requiere de muchos factores.
Rapidito. Te proponemos el siguiente ejercicio para que llegues más entrenadita a los preámbulos: si hoy vas a ver a tu chico imagina todo el día, en diferentes momentos, que tienes sexo con él, que protagonizan la escena de alguna película o pasaje del Rincón Erótico que te haya latido… el asunto es que llegues prendida y deseando ‘terminar’ cuanto antes. Te aseguro que tanto como él llegarás al clímax en fa.
El sexo es sólo sexo. Nada de conseguir una disculpa, convencerlo de ir a cenar con nuestros papás, que cancele la reunión con sus cuates o cualquier otro motivo que no sea sexo.
Oral porqué no. Generalmente, son ellos los que lo piden y nosotras las que ponemos pretextos para darlo y recibirlo, pues sabes qué ¡cambia el rol!
La práctica hace a la master. Algo en su inconsciente debe decirles que practicar y practicar los hace buenos, por lo que cada que pueden hacen su tarea. Fusílate su adicción y ponte a ‘trabajar’.
El tamaño sí (me) importa. Sabías que tu clítoris y su pene tienes bastantes semejanzas, checa: ambos cuentan con muchísimas terminaciones nerviosas (son muy sensibles), requieren estimulación para llegar al orgasmo y aumentan de tamaño con la excitación. Una diferencia que puede volverse desventaja para nosotras es que el clítoris no necesita estar estimulado para tener sexo (si su pene no se prende, no hay fiesta), por eso cuesta más llegar al clímax. Asegúrate de que tu clítoris sea estimulado y tú estés excitada para tener sexo.
…¿y si no tienen ganas? ¡También lo hacen? Si ya lo sé raramente ellos dirán “no tengo ganas”, sin embargo, puede suceder… y aun así si les dices que tú si tienes ganas o los alientas un poco en segundos pueden cambiar de parecer. Si no eres la más candente del mundo prueba estando dispuesta a tener sexo sin muchas ganas… al ir subiendo tu adrenalina seguro encontrarás inspiración.
Fuente: Veintitantos