A muchas mujeres les encanta dar sexo oral, a otras no tanto. Pero incluso las mujeres que adoran hacerlo admiten que hay ciertos detalles que hacen de la actividad algo completamente desagradable y sí, es su culpa.
Terminar sin advertencia: ¿No lo sintieron venir? No les creemos. Aunque no lo hayan notado, es casi imposible que no puedan tomarse UN segundo de su tiempo para advertirnos. Y a muchas no les desagrada el sabor del semen, pero sin una advertencia, ni siquiera nos dan tiempo de decidir si queremos o no probarlo.
Agarrar su cabello/cabeza: Las chicas tienen reflejos, si obligas a tu pareja a tener algo grande en su boca, puede que termine ahogándose, o peor aún: teniendo ganas de vomitar. Y acá entre nos… su cabeza no es un juguete sexual.
No ser higiénico: Las mujeres intentamos ser lo más higiénicas posibles, especialmente durante el sexo oral, así que, por simple solidaridad, ¡tienes que hacer lo mismo! No esperamos que huelas a rosas, pero mínimo refresca y limpia esa zona.
Silencio: Habla sucio, gime, suspira… ¡lo que sea! Cualquier sonido es literalmente mejor que un silencio rotundo. Y no tanto porque queremos que lo disfrutes, sino porque los sonidos que haremos con la lengua no son los más agradables.
No terminar por mucho tiempo: Está bien que lo disfrutes, pero también tienes que ser considerado con nuestro cuello, manos y lengua. Si te has dado cuenta que el ritmo ha disminuido, cambia de posiciones cada 5 segundos y ha pasado una hora… ¿no crees que deberías aconsejar una actividad diferente?
Esperar a que trague: El semen no sabe mal siempre, pero tampoco es jarabe de chocolate. Muchas no tendrán problema en tragarlo, pero no puedes exigirle a una mujer que lo haga.
No darle a ella sexo oral: El punto no es ‘si doy, tu das’, pero es importante que, si ella está dispuesta a consentirte de esa forma, ¿por qué tú no?
Eme de mujer