A Adolfo Holmarza lo asesinaron ayer a las 8.50 de la mañana en la Curva de Molina luego de que salió de un banco. El homicida y un cómplice corrieron cerca de 200 metros para entra una joyería. La irrupción provocó que tanto trabajadores como clientes salieran del lugar despavoridos dejando el escenario propicio para que ellos salieran por una puerta trasera
Adolfo Segundo Holmarza, de 51 años, recibió un tiro de parte de un delincuente que intentó, infructuosamente, robarle. Al verse presa de los nervios prefirió recibir el balazo antes que entregar a un extraño los 16 mil bolívares que llevaba consigo. El homicidio ocurrió ayer en una farmacia de la Curva de Molina.
Eran las 8.50 de la mañana cuando el malhechor, preso de rabia, disparó en contra del hombre. La víctima acaba de arrojar hasta el mostrador del establecimiento la paca del dinero cuando el proyectil penetró su costilla izquierda. El impacto del mismo lo tumbó sobre su propio peso. No murió de inmediato pero los segundos que duró fueron inclementes. Muchos vieron lo que pasó pero nadie lo auxilió.
Los presentes vieron cómo el homicida y un cómplice corrieron cerca de 200 metros para entrar en una joyería. Esto provocó que tanto trabajadores como clientes salieran del lugar despavoridos dejando el escenario propicio para que ellos salieran por una puerta trasera, saltaran un bahareque y huyeran del sector sin dejar rastro. Según los espectadores la presencia de la Policía fue tardía. Muchos denunciaron que los uniformados dejaron morir a Holmarza.
Lamento
Mercedes Villalobos, esposa del occiso, llegó al lugar. Explicó que su esposo acaba de salir de una entidad bancaria, ubicada en el Centro Comercial Limpia Plaza, de donde retiró el efectivo. Al salir a travesó la carretera y caminó hasta la farmacia. Cuando estaba cerca se percató de la presencia del criminal y al entrar al lugar recibió el balazo.
La atribulada mujer comentó poco sobre su marido. Entre lágrimas dijo que él trabajaba en una confitería y era propietario de un pequeño restaurante. Indicó que ambos residía en el barrio Guaicaipuro, de la parroquia Venancio Pulgar, de la capital zuliana. El hombre dejo un solo hijo pero hasta sus sobrinos lo lloraron al llegar al lugar.
El homicida no contó con el sistema de video vigilancia del establecimiento por eso quienes presenciaron el crimen están esperanzados que su rostro quedara registrado para los cuerpo policiales tengan el rostro del sujeto y su captura sea más pronto que tarde. Quienes vieron al gatillero como una persona aspecto de adolescente y de baja estatura.
Sin recurso humano
Antonio Chango, presidente de la Federación de Transporte público Maracaibo Oeste, aseguró que los criminales se apoderaron de la Curva de Molina ante la vista de los cuerpos de seguridad. Señaló que esto ocurre debido que no hay suficientes funcionarios policiales para la cantidad de personas que transitan a diario por el sector. “Son miles de personas que pasan a diario por esa zona debido a que existe una gran actividad comercial”.
Estima que solo 12 funcionarios no pueden satisfacer la demanda diaria y por esos los delincuentes hacen de las suyas principalmente de noche y bajo el amparo de la oscuridad que reina en la zona. “Todos los días no roban hasta cinco carros y nadie hace nada. Estamos en emergencia y estamos cerca de una hora cero por lo mismo. No lo queríamos hacer en navidad pero esta situación está llegando al extremo”.
Zona roja
La noche del 25 de noviembre Yorby José Campos Fuenmayor (16) recibió un tiro cuando se encontraba a bordo de un carrito de la ruta Paseo-El Marite. Un ladrón quiso robar al conductor y este entró en pánico por lo que arrancó. El delincuente abrió fuego antes que el vehículo saliera del barrio Mi Esperanza a toda velocidad.
16 mil bolívares retiró el hombre del banco
Por José Manuel Sánchez
La Verdad
