Antony Sanders Áñez Medina, de 22 años, exhaló su último aliento en el puesto trasero de un vehículo. Su hermano y un amigo lo llevaban al Hospital General del Sur luego de que un delincuente le disparara en el pecho para robarlo. Cuando llegó a la emergencia no tenía signos vitales.
Eran las 5.00 de la mañana del domingo cuando las lágrimas empezaron a correr en la sala de urgencia del centro asistencial. Media hora antes Áñez regresaba a su casa, en el barrio Campo Alegre, de la parroquia Cristo de Aranza, cuando un sujeto armado lo interceptó. Ambos estaban en la esquina que une la avenida Pomona, al sur de Maracaibo, con el sector Día de la Raza. Al parecer el joven reaccionó violentamente contra el malhechor y este le disparó.
El ataque fue fulminante. El delincuente aprovechó que el muchacho agonizaba para revisarle los bolsillos y llevársele la cartera, el celular y cuatro mil bolívares en efectivo.
Uno de los vecinos salió para fumar a la calle y encontró a la víctima. Tras identificarlo y verificar que estaba vivo llamó a Mayerlin Áñez, tía del occiso, quien reside a media cuadra del lugar del crimen.
Un amigo que estaba cerca llegó con su moto para auxiliar a Sander. Como pudo lo montó para trasladarlo hasta un centro asistencial cercano. Pero en medio camino se encontró con el hermano del baleado, quien iba a bordo de un carro. Hicieron el trasbordo y siguieron.
Los familiares explicaron que la noche del sábado Sanders recibió una invitación. Se reuniría con unos amigos cerca de donde lo mataron. Debía regresarse con ellos, pero estaba muy cansado y no quiso esperarlos.
Antony Sanders Áñez Medina (22) Era el segundo de cuatro hermanos y laboraba como albañil de la Misión Vivienda
Por José Manuel Sánchez – (Foto: Juan Guerrero)
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