Si consideramos el orgasmo la “culminación del placer sexual” (primera acepción de la RAE), difícilmente podemos desligar el orgasmo del sexo. Ese clímax sexual, sin embargo, puede llegar como quien no quiere la cosa, de la forma más inesperada, sin deseo ni sexo que valgan.
Además del famoso chiste del orgasmo femenino que llega con el roce contra el sillín de la bici o del sleepgasm, el que se siente durante los sueños, hay ejercicios físicos que permiten alcanzar un orgasmo a la mujer cuando se practican de forma intensa y, además, según acaba de confirmar un curioso estudio, la estimulación mental también puede llevar al clímax.
Hipnosis, hacer ejercicio, el chocolate…
Una reciente investigación de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, utilizó la resonancia magnética para registrar los cambios que ocurren en el cerebro durante un orgasmo producido por estímulo mental, con el objetivo de demostrar que este tipo de reacciones podían darse sin necesidad de mediar sexo.
En estos casos, el clímax se produjo como consecuencia de una reacción (descenso del flujo sanguíneo del área orbitofrontar del lado izquierdo del cerebro, así como una activación de la ínsula, una zona relacionada con el procesamiento de sensaciones corporales y la empatía) que podría deberse a distintas actividades, como comer chocolate, haciendo ejercicios físicos como abdominales, spinning, trepar por una cuerda, soñando o mediante hipnosis.
Fuente: Sexólogos.net
