«Con convicción y sin desesperación», al margen de la violencia, porque «somos gente pacífica» y «el monopolio de las armas es del Estado», Leopoldo López, líder de Voluntad Popular, arengó a los varios centenares de personas que se congregaron ayer en Chacaíto y que respondieron con gritos de «¡calle!, ¡calle!, ¡calle!», a su pregunta lanzada al colectivo: «ante el problema, que va más allá del Poder Ejecutivo y de (Nicolás) Maduro, ¿qué hacer?»
«El pueblo tiene el sacrosanto derecho a rebelarse», dijo López, uno de los convocantes a la primera asamblea de ciudadanos para buscar «la salida», como lo bautizó la alianza que integran, además de Voluntad Popular; Vente Venezuela, el partido de María Corina Machado, y un grupo de diputados independientes o disidentes, asociados en la Movida Parlamentaria.
La actriz Belén Marrero hizo de moderadora con el turno de los oradores en la actividad que se inició a las 10:30 y terminó un par de horas después en la plaza Brión. Se alternaron dirigentes políticos y asistentes, quienes contaron sucesos padecidos por ellos o familiares cercanos, relativos a homicidios, asaltos o fallecimientos por falta de atención médica. Alguno llegó a quejarse de que el tiempo se consumiera en escuchar a los políticos en lugar de al público.
En la multitud, mayoritariamente clase media, hubo simpatizantes de varias corrientes, desde los que siguen clamando por activar el artículo 350 de la Constitución; los portadores de la gorra tricolor con el nombre de Henrique Capriles y partidarios de mantener la Mesa de la Unidad, hasta un grupo de imitadores de Anonymous con sus máscaras de Guy Fawkes.
Marcha el 12 de febrero
López llamó a organizarse de abajo hacia arriba, empezando con asambleas «en cada calle y en cada caserío» y asignó la tarea de que cada uno de los presentes movilice por lo menos a cinco más y así en ascenso. Dijo que la Constitución ofrece varias posibles «salidas» a la crisis nacional, pero todas pasan por tener fuerza en la calle. Llamó a no desesperar y dijo que ayer se iniciaba «una nueva etapa» que requiere «ir paso a paso». López pidió comprometerse con uno de los acuerdos que surgió del encuentro de ayer, como es el de reunirse el próximo miércoles 12 de febrero, Día de la Juventud, en Plaza Venezuela, para dar una primera demostración de fuerza contra el Gobierno nacional.
Juan Requesens, presidente de la FCU de la UCV, en su turno arengó a encontrarse el día 12 a las 10 am en Plaza Venezuela. «¿Pa’ dónde vamos? ¡Ni de vaina lo decimos!, nos mandan a la GN», dijo el dirigente estudiantil, sugiriendo un desplazamiento con otro destino. El alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma (ABP), también participó en el acto, y si bien favoreció la idea de movilizar a los ciudadanos en las calles y animó a la marcha del 12F, se desmarcó en su intervención de quienes quisieran una división de la MUD.
«Sin unidad no se tiene buen destino, se lo dije a Leopoldo y a María Corina. Yo no soy suicida. ¡Se van a quedar con las ganas si quieren que venga a proclamar la división de la Unidad!», dijo Ledezma, lo que le ganó al mismo tiempo aplausos y abucheos. Habló de presentar una agenda de lucha social en el marco de la Unidad que incluya el reclamo al Gobierno de qué hizo con los dólares de Cadivi.
También Gabriel Puerta Aponte, de Bandera Roja, consideró «histórica» la asamblea de ayer y pidió no usar ese espacio para «hacer catarsis, atacar o quejarse». «¡Es la hora de la rebelión democrática!», arengó Puerta, quien denunció el intento de sabotear el acto. «¡Fuera el G-2 cubano!», exclamó, pidiendo sacar a «jóvenes infiltrados» de la asamblea.
Como siervos y esclavos
María Corina Machado, la última en hablar, con su habitual apasionamiento, llamó a no conformarse con forzar al Gobierno a cambiar sus políticas sino que habló de un «cambio de régimen, a eso nos comprometemos». «¡Rebelión es la respuesta!, ¡las mujeres no nos calamos pasar la vida de cola en cola!», exclamó Machado y el público respondía: «¡Fuera los cubanos!, ¡fuera los cubanos!, ¡fuera los cubanos!».
Denunció que el Gobierno no tiene escrúpulos y que su plan es convertir a los venezolanos en «siervos y esclavos», mientras que entregan al extranjero el oro, el petróleo y el territorio. «¡Eso es una humillación inaceptable! ¡Queremos una Venezuela soberana!», exigió.
El Universal