Conindustria afirma que la producción de polietileno cayó a 35% y las fábricas trabajan a 65% de su capacidad
Las cajas de pago de varios supermercados colapsaron ayer por quejas de los consumidores. Se les limitaba a cinco el número de bolsas plásticas para empaquetar las compras. En uno de los establecimientos varios clientes estallaron en cólera y pidieron hablar con el gerente. Sin embargo, la respuesta que les dio la cajera fue: “Deben pagar seis bolívares por las bolsas adicionales”.
Un aviso en las cajas de pago decía: “Se les informa que el proveedor de bolsas no ha podido suministrarnos el producto. Por este motivo tenemos solo existencia en las cajas. Agradecemos traer sus bolsas para el mercado”.
El presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga, indicó que la producción de polietileno, materia prima esencial para la fabricación de las bolsas plásticas, se redujo este año a 35% y las fábricas trabajan a 65% de su capacidad instalada.
Señaló que la caída obedece a la merma en la producción de petróleo en el lago de Maracaibo, lo cual ocasiona deficiencias en el suministro de gas al complejo petroquímico El Tablazo, de Pequiven, principal proveedor del propileno.
Refirió que el kilo de ese polímero cuesta 30 bolívares, pero al compararlo a la tasa Simadi sube a 400 y al dólar paralelo se incrementa a 1.200 bolívares. Aseguró que tal disparidad estimula el contrabando de extracción del producto. “Es un gran negocio comprar a 30 bolívares y vender el polietileno a 1.200”, dijo.
Olalquiaga aseguró que la consecuencia es que las industrias nacionales cuentan con crítico inventario de materia prima.
El representante de Conindustria indicó que adicionalmente a la falta de insumos, este año se agudizó la falta de agua en las fábricas de bolsas y han detenido operaciones por mantenimiento con una frecuencia inusual.
Añadió que calcula que entre finales de julio y agosto se regularizará el suministro de polietileno.
Sin embargo, destacó: “En el país las bolsas no cuestan nada, las regalan; por eso los consumidores las desperdician. Pero en todos los países del mundo las venden. Hay que tener racionalidad en su uso y reciclarlas”.
D.M.R
El Nacional